Hoy la música popular argentina está despidiendo a uno de los integrantes que supo provocar una sonrisa desde la picardía que se esconde en un humor que, en un principio, asoma como ingenuo. Porque este jueves 1 de agosto murió a los 87 años el guitarrista Rodolfo Zapata. El mismo que decía que su función era muy simple: «llevar alegría a todos», y especialmente «en momentos duros, donde no se la pasa bien».
Nacido en el barrio porteño de Nueva Pompeya el 10 de mayo 1932, el cantante de folclore instaló en el imaginario colectivo la canción «No vamo’ a trabajar», que lanzó en los 60. Tocó sus primeros acordes en la guitarra a los 10 años, acompañado por su papá, y desde entonces se preparó para formarse como un artista multifacético: estudió guitarra clásica, folclore, dibujo y hasta danza. «Lo mío no fue una cosa improvisada, sino de toda la vida», solía decir.
En su último cumpleaños brindó una entrevista muy especial: se la concedió Crónica TV, en diálogo con Santo Biasatti y Amira Hidalgo, nada menos que su nieta, quien no pudo evitar las lágrimas. «Es mi papá -dijo Amira-. Me acompañó desde chiquita, siempre».
Fuente: Infobae