Nada es imposible: una mujer sin brazos es piloto de avión

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Jessica Cox, de 30 años, nació sin brazos pero eso no le impidió convertirse en piloto de aviones. En 2008, recibió la certificación de la Administración Federal de Aviación para poder volar un “Ercoupe”, un avión ultraliviano deportivo y lo hace con sus pies. Es la primera con licencia en todo el orbe.

«Cuando vuelo me siento libre, independiente y bajo control», dijo a Efe Cox, de 36 años de edad y originaria de Sierra Vista, en Arizona.

Cox nació sin brazos debido a una rara condición congénita. Sin embargo, esto no ha sido obstáculo para realizar con sus pies actividades diarias como vestirse, comer, escribir, maquillarse.

Cox no ha utilizado prótesis desde que tenía 14 años. Es capaz de conducir su auto, que no cuenta con ningún tipo de modificaciones especiales. También posee una licencia de conducir sin restricciones y escribe 25 palabras por minuto en el teclado.

Siguiendo los consejos de su padre, la joven decidió aceptar la invitación que en 2005 le hicieron para volar, a pesar de su miedo a los aviones.

Después de tres años de entrenamiento y varios instructores, Cox obtuvo su licencia de piloto, el 10 de octubre del 2008, por lo que está calificada para pilotar aviones deportivos ligeros que alcanzan una altitud de hasta 10.000 pies.

Con una licenciatura en Psicología por la Universidad de Arizona, Cox se dedica a recorrer EEUU y el mundo, compartiendo su historia de superación personal.

Sus charlas le han permitido visitar 23 naciones diferentes.

«Es importante para mí compartir mi historia, creo que he sido bendecida con la oportunidad de influir en personas en un nivel más profundo», dice.

«Haber nacido sin brazos ha sido más una ventaja que una desventaja», aseguró.

En 2015, la arizonense publicó el libro autobiográfico «Disarm Your Limits» (Desarma tus límites), donde narra los problemas que ha enfrentado y cómo los ha superado.

Allí cuenta el motivo por el cual dejó de usar prótesis cuando cursaba el octavo grado. la «verdadera Jessica no utiliza prótesis», se dijo.

A los 10 años, Cox comenzó a entrenar taekwondo. A los 14 obtuvo su primer cinturón negro, convirtiéndose en la primera mujer sin brazos con cinta de ese color en la Asociación Americana de Taekwondo.

Con su esposo, Patrick Chamberlain, Cox forma un dúo de embajadores de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada en 2006 por las Naciones Unidas.

«Desafortunadamente, los Estados Unidos no forman parte de este acuerdo», lamentó Cox.

Su vida, a su vez, inspiró el documental «Right Footed» (Pie derecho), dirigido por Nick Spark en 2015.

«Actualmente puedo decir que para lo único que necesito ayuda es para hacerme una cola de caballo en el pelo, pero estoy trabajando en eso», puntualiza Cox, quien próximamente visitará Israel para compartir su historia.

Los Andes

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