La historia del naufragio del crucero de lujo es noticia en todo el mundo, por los detalles del hundimiento y del rescate pero también por historias mínimas que le ponen algo de color al episodio.
El consulado argentino en Italia contó cuál es la situación de los compatriotas que viajaban en el barco y reveló una historia insólita: una pareja prefiere permanecer en Roma y continuar el crucero, «porque pagaron para siete días» y en la primera jornada su sueño se vino abajo por el accidente. Por eso, tratarán de embarcarse en un crucero de la misma compañía.
Mientras tanto, el resto de los argentinos tramitan directamente sus viajes al país y a España con la Costa Crociera, naviera a la que pertenece el buque, informaron fuentes del consulado argentino.
«Muchos tienen doble nacionalidad y residen en España», dijeron las fuentes consulares, que facilitaron a sus compatriotas nuevos pasaportes «porque todas sus pertenencias quedaron en el crucero», pero los náufragos tienen que encargarse de lidiar con la naviera para encontrar un vuelo.
«Todos se encuentran sanos y salvos», después de ser rescatados del barco siniestrado por las lanchas de salvamento y llevados a la isla de Giglio. «Esperemos que puedan tomar sus vuelos regulares o los chárter en el día de hoy», completaron.
Los argentinos permanecen alojados en tres hoteles de Fiumicino (Roma) y uno de Civitavecchia (Roma), desde donde el viernes partió el buque crucero en el que viajaban un total 4.229 personas.
Del total de pasajeros, 177 eran españoles, 107 latinoamericanos (de Brasil, Argentina, Perú, Venezuela, Chile, Cuba, México, Ecuador, Colombia, República Dominicana y Uruguay) y un andorrano. Además había casi un millar de italianos, 569 alemanes y 462 franceses, los tres países con mayor número de pasajeros por delante de España.