En su voto, el juez de la Cámara Federal de Casación Penal Mariano Borinsky destacó varias veces que hay múltiples medidas de prueba por realizar en la investigación que evidencian que fue prematura la decisión de Daniel Rafecas de desestimar la denuncia de Alberto Nisman.
En la presentación que hizo la DAIA ante el máximo tribunal penal del país pidió que se produzcan -entre otras- las siguientes pruebas: registros y cruces de llamadas, solicitar un informe a la Dirección Nacional de Migraciones para conocer los posibles viajes realizados por los denunciados a fin de poder analizar su posible participación en la negociación del Memorándum con Irán. Además, solicitó registros taquigráficos y fílmicos guardados en el Congreso de la Nación sobre el debate parlamentario relacionado con la discusión sobre el acuerdo con Irán.
Asimismo, solicitó el secuestro del registro de visitas a la Casa Rosada, al Ministerio de Planificación y a la SIDE. También pidió que se allanen la Cancillería y los domicilios particulares y profesionales de los imputados.
A toda esta batería de medidas de prueba, la DAIA agregó que se requiera la colaboración de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia y que se pida un informe a la Jefatura de Gabinete de Ministros con el objetivo de determinar la existencia o no de algún rol activo del piquetero Luis D’Elía en el Poder Ejecutivo Nacional.
Otro de los pedidos de la DAIA es que el juez que investigue la denuncia de Nisman ordene que le remitan –ad effectum videndi et probandi (a fin de ver y probar)- la causa que tramita en el juzgado a cargo de Claudio Bonadío en la que el ex canciller Héctor Timerman está denunciado por encubrimiento.
Además, la DAIA pidió que se tome como prueba nueva una que puede ser fundamental al momento de dilucidar las responsabilidades de los imputados: el audio de una conversación telefónica entre Guillermo Israel Marcos Borger -que fue presidente de la AMIA- y Héctor Timerman, que está en el expediente que tiene Bonadío. En esa charla, el ex canciller le habría manifestado a Borger que la República Islámica de Irán fue la responsable del ataque terrorista a la AMIA.
Para la DAIA es de suma importancia la aparición de este elemento esencial que probaría que Timerman tenía conocimiento «respecto a la identidad de los responsables del atentado más sangriento y devastador de la historia de nuestro país». Sin embargo, siguió adelante cumpliendo un rol preponderante en el Memorándum de entendimiento que habría tenido como objetivo garantizar la impunidad de los acusados iraníes.