El trabajo hecho por la Juventus en la ida le alcanzó para clasificarse a las semifinales de la Champions League. Claro que tuvo que sudar en el Camp Nou ante un Barcelona que se mostró errático y quedó lejos de conseguir la hazaña de la ronda pasada frente al Paris Saint Germain. Fue 0 a 0 en suelo español y 3-0 en el global, a favor de los italianos.
Desde el inicio, la Vecchia Signora tomó una postura distinta a la del PSG en octavos de final. Si bien apeló a defender abroquelado en la última línea, incluso con la colaboración de sus delanteros en la recuperación, también cuidó la pelota cuando la tuvo y se exhibió agresivo, dándole a entender a su rival que no iba a perdonar. Con el incansable colombiano Cuadrado como una de las grandes figuras, no pasó mayores sobresaltos ante uno de los elencos más desequilibrantes del mundo.
En la primera parte, Rakitic y Neymar llevaron algo de peligro al arco de Buffon, pero la más nítida para el Barça estuvo en los pies de Lionel Messi, quien encontró un rebote casi a en el punto de penal y tiró desviado. Más tarde, probó desde media distancia y en el rebote volvió a rematar, pero la bola fue a parar al lateral de la red. La noche pintaba mal para la Pulga, que encima sufrió un corte en su pómulo izquierdo tras un choque con Pjanic.
Del otro lado, Gonzalo Higuaín hizo preocupar a Ter Stegen con una volea de derecha que se fue muy alta y con un anticipo que fue desviado por el arquero alemán. Paulo Dybala tuvo la suya en la etapa final, pero su zurdazo salió bastante lejos. La idea que tenía Massimiliano Allegri para este encuentro se llevó a cabo a la perfección por sus dirigidos.
Los de Luis Enrique se fueron contagiando de los nervios y el reloj fue matando los minutos. La diferencia en el tanteador se fue agrandando en cada ocasión desperdiciada: Messi tuvo varias, contando una buena pared con Neymar, un tiro libre y un remate que salió besando el palo. En una de las últimas, Javier Mascherano -ingresó en el complemento- casi descuenta, pero su esfuerzo por conectar una bola aérea fue en vano.
La Juve pudo haberlo liquidado en el final, con un Barcelona jugado en ataque. Pero careció de precisión en los metros finales, con delanteros que quedaron extenuados por la tarea defensiva realizada y bien valorada por su entrenador. De esta manera, se vengó de la final disputara en Berlín en 2015, en la que los blaugranas se impusieron 3-1.
No hubo lugar para otra remontada histórica culé y sí pesó la estadística que juega a favor de la Juventus: solamente recibió dos tantos en lo que va de competición. Ahora, aguardará por el sorteo del viernes, en el que el azar determinará quién será su adversario en semifinales: Real Madrid, Atlético Madrid o Mónaco, que eliminó a Borussia Dortmund.