Cada vez falta menos para que comience la próxima temporada de Bailando 2015. Ideas del Sur ya convocó a algunos famosos y está buscando nuevos talentos, como Candela Ruggeri, hija del ex futbolista Oscar Ruggeri, alias el ‘Cabezón’.
Mientras la producción evalúa su próxima participación en el certamen de baile, la modelo de 23 años logró captar el interés de los medios y realizó su primera entrevista para la revista Gente. «No tengo perfil de botinera», advierte la joven a la publicación.
Además, Candela destacó que heredó la personalidad fuerte de su padre: «Llevo su carácter en el ADN y si veo alguna injusticia o que tratan mal a mi familia o a mis seres queridos voy al frente sin pensarlo. Si me tengo que pelear, me peleo; mis hermanos me dicen que no tengo filtro».
También aseguró que le gusta sacarse selfies provocativas: «Me gusta jugar un poco a eso, a la femme fatal. Pero tampoco lo hago para que me pongan cosas zarpadas. De chica era más insegura, pero hoy llegué a un punto en el que puedo decir que me siento muy bien conmigo misma».
Luego, explicó que no le gustaría convertirse en una botinera: «No, ni loca. Después de lo que viví, tengo muy claro lo que es la vida al lado de un jugador de fútbol y no me veo. Son una raza aparte: muy piratas y se creen que pueden chamuyar porque son conocidos. Pero conmigo van muertos porque ni los conozco, no tengo perfil de botinera. A mi viejo lo saco al costado porque es perfecto, pero a los futbolistas los quiero lejos».
Candela contó fue crecer siendo la hija de un futbolista: «Todos lo ven como algo muy divertido, pero se pierden una parte. Papá estuvo ausente mucho tiempo por su trabajo. A mi parto llegó dos horas tardes. Y con mis hermanos tuvimos que cambiar de colegio miles de veces: vivimos en México y España. Y aprendí a caminar en Italia».
Por último, manifestó cómo reacciona su padre cuando ella o sus hermanas presentan a un nuevo novio a la familia: «De los cuatro hermanos, somos tres mujeres que seguimos siendo sus nenas. Él nunca nos dijo ‘no salgás con ese chico’, pero te tira unas indirectas que te mata. Por eso nunca llevamos a un chico a casa, siempre rompimos el hielo en grupo. Al principio es bravo, pero después se va ablandando».
