La docente Mónica Bellón dedicó una reflexión, a sus colegas y en especial a sus compañeros de la Escuela N° 55 «Amadeo Jacques», en este año tan particular donde el distanciamiento y la virtualidad transformaron definitivamente ese día a día que solían escribir juntos en cada ciclo lectivo.
HOY QUIERO DETENERME
«En el camino de la vida hay un tiempo para cada cosa y para el desarrollo; hay ciclos que se cierran, caminos que concluyen y otros que se inician.
Testigo fiel es la historia que guarda como un gran cántaro de agua viva, fechas, acontecimientos y personas.
Hoy de manera muy especial quiero detenerme en una parte de nuestra historia para honrar el trabajo de todos ustedes colegas. Trabajo que se experimentó cuando hicimos con dedicación y empeño una acción, en este caso… la de EDUCAR.
Sí, la de educar desde un escenario de vida totalmente atípico, incoherente a veces, incierto, cargado de aciertos y desaciertos pero poniendo nuestro mejor empeño por salir al ruedo y jugar en ese escenario llamado VIRTUALIDAD; siendo testigo de como nos fuimos transformando casi en superhéroes tratando de salvar al mundo, los niños… nuestros alumnos.
Fuimos docentes, padres, madres, esposos, compañeros, etcétera; todos esos actores sumidos en una sola persona. Nuestras familias aprendieron palabras como zoom, plataforma al mismo tiempo que nosotros, palabras que conllevan en sí la misma virtualidad.
En fin, tuvimos que aprender a sobrevivir a una segunda cuestión ‘un Virus’ como si no hubiese sido suficiente sobrellevar nuestras historias personales, profesionales y familiares.
Por eso hoy, mis queridos compañeros, quise detenerme y expresarles a todos que desde el lugar que nos tocó trabajar, estoy convencida que cada uno dio lo mejor que pudo y como pudo.
Me despido con un HASTA LA VUELTA A LAS AULAS, en vez de expresar hasta el próximo año. Un beso y abrazo a la distancia…cuídense mucho».
Mónica Bellón
