Nueva York retira estatua del “padre de la ginecología” por experimentar en esclavas negras, sin anestesia

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Estatua en Central Park.Wikimedia Coomons

A J. Marion Sims se le consideró el padre de la ginecología moderna por mucho tiempo. Parte de sus investigaciones anatómicas desarrollaron las primeras operaciones de fístula besico-vaginal, una complicación médica en los partos que sufrían las mujeres que ya tenían varios hijos, y que consiste en una incontinencia urinaria incontrolable.  En 1885 fundó el primer hospital para mujeres de Estados Unidos, y desde hace muchos años se le considera el padre fundador de la ginecología.

Sin embargo, la Comisión de Diseño Público de la ciudad votó unánimemente este lunes para remover la estatua de J. Marion Sims de Central Park. La estatua hecha de bronce, se alza sobre una imponente base de granito. En el cementerio, a donde será trasladada, descansará sobre un pedestal bajo, de acuerdo con una representación mostrada por el Sr. Kuhn. Será acompañado por una señalización que explica la historia de la estatua.

Según el New York Times, fue la primera decisión de alterar un prominente monumento neoyorkino desde que el alcalde Bill de Blasio llamó a revisar “los símbolos de odio” de la cuidad, en octubre del año pasado.

Hace algunos años, la periodista Harriet Washington escribió un libro que se llamó Apartheid médico: la oscura historia de experimentación en americanos negros desde tiempos coloniales hasta el presente. La periodista pidió un retrato del llamado “arquitecto de la vagina”, James Marion Sims, hecho por el pintor Robert Thom en el siglo XIX, para adornar la portada de su libro. Pero Pfizer Inc. –los dueños de la pintura original– no le permitieron publicarla.

En el retrato, Sims observa despreocupado a una esclava negra llamada Betsy, que está sentada en cuclillas, descalza, mientras otras dos esclavas se asoman y un par de hombres fornidos vigilan la habitación.

Es una imagen inocente con una historia oscura, cuenta Washington. Bajo la creencia de que la raza negra no sentía dolor, Sims compraba esclavas y, si no las hacía adictas a la morfina para poder intervenirlas, las operaba sin anestesia con la ayuda de los dos fortachones para sostener sus manos y piernas. Betsy fue la primera: en un arranque de inspiración, Sims dobló en forma de C una cuchara para salsas y se la metió a Betsy, en su consultorio improvisado: el patio de su casa. “Lo vi todo como nadie lo había visto hasta entonces” dijo sobre aquella experiencia en sus memorias.

Otro conocido caso es el de una joven esclava llamada Anarcha, madre de dos, que sufría un problema de fístula besico vaginal, y recibió 30 operaciones (de nuevo, sin anestesia) antes de que fuese capaz de cerrar los agujeros entre su vejiga y el recto. Anarcha también murió, igual que Betsy. A partir de 1845, Sims fue llamado “el padre de la ginecología”.

Según un artículo de la revista El Malpensante, pasaron años antes de que aplicara sus descubrimientos en mujeres blancas, y gracias a los cuerpos de mujeres como Betsy y Anarcha (otra mujer negra y esclavizada con la que Sims experimentó) la ginecología moderna salva vidas en partos y los exámenes médicos son cada vez más higiénicos y poco invasivos. “¿Sádico o salvador? Depende del color de la persona a quien le preguntes”, apunta Washington.

Sin embargo, algunas críticas surgieron ante el plan de eregir la estatua, pero en Brooklyn. «La reubicación del monumento a los Sims en Green-Wood Cemetery en Brooklyn por la ciudad de Nueva York denota que esta representación física de la violencia contra los negros continuará y mantendrá su presencia en el corazón de otra comunidad de color», dijo Amrit Trewn, un activista, al New York Times.

Fuente : El Espectador

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