Omar De Felippe: «Esto es impensado»

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El equipo dirigido por De Felippe no empezó bien, pero levantó y Matías Godoy metió un gol bárbaro desde lejos. Ya había sido figura contra Huracán en semifinales. Así, Central Córdoba se convirtió en el octavo club en lograr la Copa Argentina y el sexto campeón seguido distinto.

Central Córdoba es campeón por primera vez en su historia a este nivel. Ya había perdido el partido decisivo en la edición 2018/19 y tuvo revancha. Ahora, además de festejar, se prepara para viajar, porque jugará la CONMEBOL Libertadores, el máximo certamen continental, donde De Felippe ya dirigió a Emelec de Ecuador.

Muy querido en el ambiente, De Felippe vivió una vida especial. Con 20 años recién cumplidos, fue a la Guerra de las Malvinas. El actual DT de Central Córdoba combatió en esa guerra, siendo muy joven, y fue uno de los 10 futbolistas que estuvo en las trincheras en las Islas en 1982.

En el Estadio 15 de Abril, de Unión de Santa Fe, este hombre que participó de la Guerra de Malvinas volvió a hacer historia: consiguió tres ascensos en su carrera y tuvo un breve paso por el Fortín, equipo al que amargó este miércoles. Como técnico, fue campeón de la Primera B Nacional con Olimpo de Bahía Blanca en la temporada 2009/2010 y de la Primera de Ecuador con Emelec en 2015. Y ahora se coronó en la Copa Argentina con el Ferroviario de Santiago del Estero. Además, De Felippe ascendió a la máxima categoría en su país con Independiente y Quilmes.

Nació en Mataderos el 3 de abril de 1962. Comenzó su carrera futbolística en Huracán, donde fue escalando en las Inferiores hasta llegar a la Reserva. Como muchos de los jóvenes del país, en 1981 realizó el Servicio Militar Obligatorio y, al año siguiente, se produjo la toma de Puerto Argentino. Pocos días después, De Felippe partió rumbo a Malvinas y estuvo en el campo de batalla hasta el día de la rendición argentina. Pese a que no sufrió heridas de gravedad, vio de cerca la muerte en varias oportunidades y presenció en primera persona como perdían la vida varios de sus compañeros. Un evento traumático del que le costó más de siete años poder hablar y contar detalles.

«El fútbol me salvó la vida. Era mi motivación para seguir cada día después de haber vuelto», comentó más de una vez. No se destacó como jugador y su vocación estaba detrás de la línea de cal. Comenzó como ayudante de Ricardo Zielinski en San Telmo y luego formó parte del cuerpo técnico de Julio César Falcioni durante su paso por Vélez, Olimpo, Banfield, Colón y Gimnasia La Plata.

Levantó a Olimpo, que estaba al borde del descenso, y consiguió ascenderlo a la Primera División en 2010 y, en su primer año en la máxima categoría del fútbol argentino, condenó a River a jugar la Promoción. En aquel Clausura 2011, alcanzó el cuarto lugar, la mejor campaña del Aurinegro en toda su historia. Pasó por Quilmes, donde agarró al equipo en la cuarta plaza de la B Nacional, lo ascendió y mantuvo la categoría, aunque se fue por diferencias con la dirigencia. Al año siguiente llegó el desafío más grande de su carrera: devolver a Independiente a Primera. El Rojo había descendido por primera vez desde su fundación y, tras un pésimo arranque que lo tenía en los últimos puestos, tomó la conducción y le fue muy bien.

A Emelec de Ecuador lo consagró tricampeón nacional y no contó con un buen paso en Vélez, Newell’s, Platense y Atlético Tucumán. Tomó la manija de Central Córdoba en 2023. Empezó a sumar puntos para salir del fondo de la tabla anual con un plantel renovado y desconocido, fue mejorando el equipo y esta vez hizo historia grande al obtener la Copa Argentina. Una proeza para el club y una perla grande para un luchandor incansable.

«Esto es impensado. Los chicos se hicieron fuertes de la cabeza y el grupo empezó a crecer. Se lo merecen y ojalá que el club pueda crecer más. Es un premio muy grande, nos sentimos parte de este título. Fue asombroso todo. Perdimos con Riestra y enseguida empezamos a encontrar el rumbo, ganando, sumando», destacó.

«Entramos en la historia de un club muy humilde, esto es muy lindo. Lo quiero compartir con mis hijos y mi familia, que no los tengo acá; el sacrificio lo hace la familia. Me tocó jugar Libertadores y Sudamericana en Ecuador, la experiencia está. Que los dirigentes evalúen y se verá lo que depara 2025», remarcó.

Fuente: espn

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