El bebé, que fue desconectado anoche, continuaba respirando luego de 9 horas a pesar de las advertencias de los profesionales de que no sobreviviría más de unos minutos sin esa ayuda.
Evans explicó además a los periodistas congregados en las puertas del hospital Alder Hey Children’s de Liverpool, en el norte de Inglaterra, que después de una «larga conversación» de 40 minutos con los especialistas consiguió convencerlos para que accedieran a «darle agua y oxigeno», al ver que seis horas después de desenchufarlo Alfie seguía con vida.
«Me sentí bendecido cuando confirmaron que iban a darle su agua y oxigeno», afirmó Evans y adelantó que «las próximas horas van a ser difíciles», por lo que rogó que proporcionen a su hijo «algún soporte vital».
Tom Evans y su esposa, de 20 años, perdieron una apelación de último recurso para retrasar la desconexión del respirador artificial.
El matrimonio había pedido un permiso judicial para trasladar a su hijo a un hospital en Roma para continuar con su tratamiento, después de que los médicos británicos recomendaran desconectar al menor de las máquinas por encontrarse en estado «irreversible».
Sin embargo la demanda fue rechazada por las distintas instancias judiciales del Reino Unido, así como por la Corte Europea de Derechos Humanos de Estrasburgo.
El Ministerio de Relaciones Exteriores italiano dijo que esperaba que la decisión permitiera la «transferencia inmediata» del bebé a un hospital.
Sin embargo, un juez del Tribunal Supremo desestimó una apelación de último momento, ya que el juez Hayden dio el visto bueno a los médicos para detener el tratamiento e indicó que Alfie seguía bajo la jurisdicción de tribunales británicos.
Evans, por su parte, aseguró que retirar el soporte que lo mantenía con vida a su hijo, era una «ejecución directa».
Por su parte, el Papa Francisco emitió un tuit enel que llamó a escuchar el sufrimiento de los padres del pequeño y para que se les pueda otorgar el deseo de buscar nuevas formas de tratamiento.
En julio del año pasado otro bebé, Charlie Gard, quien padecía síndrome de depleción de ADN mitocondrial, falleció después de una larga batalla legal entre sus padres y un hospital británico que se oponía a desconectarlo, y en la que intervinieron personalidades como el Papa Francisco y Donald Trump.
Los Andes