Rahid N. llegó con lo puesto a los 26 años a Francia. Cocinero de profesión, escapó en 2013 del Irán de Mahmoud Ahmadinejad, el presidente anterior al actual Hassan Rouhani, durante cuyo gobierno la persecución de la oposición política, el endurecimiento de la aplicación de la Sharia y la pobreza fueron moneda corriente.
Tras un breve paso por un restaurant iraní en París y por Emmaüs, una asociación que atiende y asesora a los migrantes que arriban al país galo desde Medio Oriente o África, una asistente social le comentó de un nuevo proyecto gastronómico que se estaba gestando. Se trataba de Les Cuistots Migrateurs, donde Rahid se desempeña actualmente como segundo jefe de cocina y cuyo staff está completamente integrado por refugiados.
El emprendimiento surgió en febrero de 2016 de la mano de Louis Jacquot y Sébastien Prunier, dos amigos que querían conjugar su pasión por los viajes y la cocina del mundo con un compromiso social. «Ante la crisis migratoria, quisimos hacer algo para demostrar que los refugiados no eran una amenaza. Quisimos mostrar todo lo positivo que podían aportar y decidimos que fuera a través de la cocina», explica a InfobaeMélanie Gambert, miembro del equipo fundador.
La idea de Les Cuistots es contribuir a la integración de los refugiados en el mercado laboral francés y, de esta forma, facilitarles también los trámites para obtener el asilo en Francia.
Dentro del equipo, trabajan seis cocineros refugiados provenientes de Siria, Irán, Etiopía, Chechenia y Nepal. Cada uno de ellos, prepara platos típicos de su país. Por ejemplo, Farah, quien llegó desde Alepo, se especializa en una cocina siria con influencias turcas y armenias.
El objetivo es que Les Cuistots Migrateurs abra un restaurante fijo este año.
En caso de concretarse ese plan, se ampliará la plantilla del staff y, consecuentemente, la misión social del proyecto. Mientras tanto, «los cocineros migratorios» trabajan con puestos en distintas exposiciones culinarias de la capital francesa y ofrecen servicios de catering para eventos privados. Entre sus clientes, se encuentran la Fundación Total, Carrefour y el banco BNP Paribas.
En Francia, un país que en 2017 recibió un récord de 100.000 solicitudes de asilo según datos de la Oficina para la Protección de Refugiados y Apátridas (OFPRA), el trabajo de hormiga emprendido por Les Cuistots Migrateurs no es menor. Se estima que solo un tercio de los demandantes obtienen el estatus legal. Además, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Francia es el quinto destino en el mundo elegido por los migrantes, detrás de Estados Unidos, Alemania, el Reino Unido y Canadá.
Regular el flujo de migrantes constituye una de las prioridades de gobierno.
Ya en octubre de 2016, el asentamiento de Calais, donde se instalaban los refugiados que buscaban pasar al Reino Unido, fue desmantelado por orden del ex presidente François Hollande, y sus habitantes fueron reubicados en distintos puntos del país.
En los hechos, distintos campamentos clandestinos reaparecen esporádicamente en la zona mientras continúa la llegada de migrantes. En enero, durante un viaje a dicha ciudad portuaria, el actual presidente, Emmanuel Macron, anunció que se deportará automáticamente a quienes sean capturados tratando de violar la frontera y anunció que impulsará una ley para endurecer los controles migratorios.
«Los refugiados tienen mucho para dar. Para ayudarlos, trabajamos en contacto con asociaciones y a los cocineros les damos un contrato por tiempo indeterminado», afirma Gambert. En la mayoría de los casos, los chefs luego consiguen trabajo en otros restaurantes y logran insertarse de lleno en el circuito laboral francés.
Y si bien la realidad sobrepasa a la contribución que puede hacer Les Cuistots Migrateurs ante la crisis migratoria, es un canal de la realización personal para quienes, hasta entonces, solo buscaban escapar de las catástrofes, las guerras, las hambrunas o las persecuciones. Así lo vive Rachid, quien puede contar su historia con una sonrisa y con la única preocupación de superarse a sí mismo: «Siempre buscamos nuevos platos y me encanta poder proponer mis propias recetas. La cocina, sin dudas, es una pasión para mí».
Fuente: Infobae