Mónica Gonzaga contó el desagradable momento que vivió después de la fiesta clandestina que hizo su hijo en Punta del Este a fines de marzo. Ahora deberá enfrentar las consecuencias.
Hace algunas semanas, la actriz quedó envuelta en un escándalo en Uruguay. Ocurrió que su hijo Adriano Sessa, de 22 años, fue acusado de organizar una fiesta clandestina con 500 personas, motivo por la que el gobierno de Lacalle Pou decidió devolverlo a la Argentina. Ahora, charlando con el programa de radio «El espectador», en CNN Radio, Gonzaga no esquivó el hecho y contó que quisieron cobrarle una multa de 23 mil dólares por lo ocurrido.
Los hechos demuestran que la policía uruguaya lo encontró con las manos en la masa, digamos, por lo que no pudo negar lo innegable. Así que el gobierno uruguayo expulsó a Sessa de su país, de manera que debió volver a Argentina, esgrimiendo Uruguay razones “de orden público y de índole sanitaria, en tanto y en cuanto normas que expresamente prohíben aglomeraciones en función de la emergencia sanitaria”.
Si bien en un primer momento Gonzaga intentó negar los hechos, después reconoció que el evento existió pero que “apareció gente desconocida” ya entrada la noche. “Cuando escuché el ruido y miré, le dije a los chicos, llamé a la policía y así se fueron todos”, intentó explicar. Según Mónica Gonzaga, eran apenas unas “100 personas”, aunque ella no estaba ahí por ser “persona de riesgo”. Y agregó: “No salí pero la policía llegó enseguida y terminó todo”.
Ahora ya de vuelta en suelo argentino, Gonzaga dio una entrevista radial en la que habló del escándalo. “Me hizo acordar a la época del Proceso”, dijo en diálogo con Ángel de Brito, Pía Shaw y Pilar Smith. “Ahora que pasó algo de tiempo estoy un poco mejor y aliviada. Mi hijo participa de una película como productor, y yo ya me estabilicé. Pero durante mucho tiempo no me podía dormir, no lograba conciliar el sueño”, reconoció.
De de esta manera, Gonzaga contó que se despertaba todas las madrugadas por el estrés. “Fue muy feo lo que pasamos”, lanzó. Y además contó que el gobierno uruguayo ahora intenta cobrarles una multa de 23 mil dólares por lo ocurrido. “Es una fortuna, una locura”, consideró la actriz, al tiempo que anunció que pronto viajará a Los Ángeles para darse la vacuna Pfizer. “Me convenció una amiga. Así que me voy para allá”.
Fuente: primicias ya