«Jesús Maestro, guía nuestra barca» fue el lema elegido por la comunidad educativa del Colegio Jesús el Maestro para celebrar su 39° aniversario de vida institucional, que culminó en la jornada de este viernes con una misa de acción de gracias.
La ceremonia estuvo presidida por el padre Gastón Cuello y se desarrolló en la Casa de las Hermanas Doroteas, impulsoras de esta obra educativa que sigue creciendo en el corazón del barrio Los Lagos.
Durante la ceremonia, el padre Gastón Cuello destacó: «En el año 1981 surgió un deseo tan grande que se pudo concretar. Hoy el Colegio tiene muchas comodidades y seguramente en aquella época no las tenía pero daba gusto estar ahí por que ha sido creación, ha sigo engendrado, pensado y querido no sólo por los docentes sino por la gente del barrio que lo necesitaba. Ninguna cosa surge porque sí, sino porque la comunidad lo pedía y hubo personas que han ido descubriendo esto y eso ha sido de una riqueza y alegría impresionante».
«Hoy tenemos tantas cosas -continuó- que me parece que no sintonizamos como lo hacíamos en esa época, estamos globalizados y sabemos que pasa en el mundo, pero ¿sabemos que le pasa al que está a nuestro lado? que lindo que en esta fiesta, en este momento de agradecimiento, podamos pedirle al Señor que nos ayude a tener esa capacidad de descubrir cual es la necesidad de nuestro pueblo, porque Dios se ha manifestado para ayudar, para salvar y todos tenemos ese mismo espíritu».
Asimismo puntualizó: «¿Cual es hoy la necesidad del pueblo y que nosotros debemos tratar de ir dando respuesta? No somos políticos, pero si somos hermanos en la fe, hijos del mismo Dios y cuando hay una necesidad ahí hay que estar. Podemos estar cansados, podemos decir es mucho el trabajo… que lo haga otro, la hermana Saveria que es andariega; pero no esta tarea es de todos. Aquí nos dice Pablo ‘Si tenemos que tener sufrimientos, que nos animemos con la fortaleza de Dios’; todos nos cansamos, nos enfermamos, nos duele, tenemos límites, llegamos a un punto y la gracia de Dios viene a ayudarnos a seguir».
«Los estoy animando -prosiguió- a seguir soñando. Muchos jóvenes hoy necesitan que sigamos soñando. Ayer me hablaban de un Colegio y me decían que chicos muy jovencitos se querían suicidar, que nos está pasando como sociedad que los más chicos no tienen sueños, no tienen esperanzas, en dónde está su vida. EL Colegio es el lugar dond ellos pueden tener otra mirada de la vida, no podemos dejarlos caer, ni dejarnos caer tampoco. Dios viene con su fortaleza, para animarnos a seguir adelante».
«Seamos de los que van ayudando a calmar las tempestades de todas las barcas, de las vidas de nuestros hermanos que están a nuestro lado. Yo también tengo muchas tempestades, pero si entre todos ns ayudamos se calman. Hoy debemos dar gracias porque nos ha permitido ser parte de esta institución y puedes llegar con una palabra a alguien que puede cambiar su forma de mirar la vida. Educador, seguí siempre a Jesús el buen maestro poque ha ido cambiando la historia de la humanidad y nosotros también hemos sido llamados para ello. Hay que mirar el horizonte y buscar un mundo mejor, con realidades que pueden ir mejorando; que no decaiga nuestra fortaleza, porque en el barco el capitán es Jesús».
Al finalizar la ceremonia, el párroco impartió la bendición a toda la comundad educativa y recordó a aquellos que pasaron por esas aulas dejando sus huella en éstos 39 años transitados con profunda fe y mucho trabajo.