En su homilía el padre Cuello destacó: «La pascua es la fiesta que da sentido a a nuestra vida. Si recordamos la historia las mujeres -a pesar de su dolor- van hasta el sepulcro de Jesús porque él les había dicho que iba a resucitar y le creyeron. Hoy, a pesar de tantas mentiras nosotros creemos, esperamos, porque está en nuestra naturaleza».
Más adelante destacó: «No tengamos miedo. Cada uno sabrá a lo que le teme pero el Señor nos dirá que no lo hagamos porque él ha resucitado para protegernos. En este tiempo de confesiones me han hecho mover la estructura al descubrir que muchos estaban encerrados en un sepulcro con un ‘no puedo perdonar’. Esta fiesta de la resurreción es para salir de una vez, somos frágiles y necesitaos de este Dios».
«Al igual que las mujeres -continuó- tenemos que escuchar este mensaje y ponerlo en práctica, ‘vayan y anuncien’ no nos quedemos con los que hemos vivido, compartámoslo porque el Señor quiere que vivamos en unidad por lo tanto a los hermanos que están alejados debemos acercarlos».
«Pensemos en la conversión, ¿Nosotros somos alegría para los demás? ¿soy alegría para mi familia? ¿somos motivo de consuelo para quienes están tristes y afligidos? Somos el templo de Dios, pidamos al Señor que nos ayude. No nos quedemos diciendo ‘Yo no puedo’, o como escuché en las confesiones ‘Yo con la resurreción soy un ser nuevo, si lo creo lo debo vivir’. Que el Señor Resucitado sea nuestra fuerza, sea nuestra alegría, sea la fuente de vida para que llevemos alegría a los hermanos que más lo necesitan», concluyó.
Posteriormente se cumplió el rito de la bendición del agua y se prosiguió con la ceremonia que culminó con el ingreso de la Virgen María quien jamás perdió la fe, ni se mostró asustada, confiando en las palabras de Jesúsque le aseguró que volvería.