Con el lema «Dile a la humanidad doliente que se abrace a mi corazón misercordioso», la parroquia Santiago Apóstol celebró la fiesta central de la Divina Misericordia.
Las actividades se iniciaron con alabanzas y la Coronilla Cantada por los Niños.
La santa misa fue presidida por el padre Luis Cruz quien en su homilía destacó: «Celebramos la Misericordia de Dios. Cómo podemos hacer que esa palabra se pueda actualizar y trasmitir ese mensaje y sentir la palabra que sale desde el Corazón de Jesús«.
«Tenemos un sacramento específico donde uno recibe la misericordia del Padre que es el de la Reconciliación que a la vez es acompañado por la Eucaristía y la Unción de los Enfermos que son signos de reconciliación y sanación interior. La palabra Misericordia la podemos encontrar desde el primer momento en que Dios pensó en el hombre y decidió darle vida, vida en abundancia. Y cuando a veces se aleja la respuesta de Dios es siempre su misercordia, su amor».
Más adelante explicó: «Dios se fue manifestando para mostrar su amor, para hacer que el hombre encuentre esa humanidad, identidad, dignidad que lo lleve a la cercanía del otro. Misericordia es amor, reconciliación, es aquello que tiene que trascender para que podamos expresarlo, sentirlo, vivirlo y lanzarlo hacia adelante. La paz de Jesús nos hace perder el miedo y nos lleva a abrir esa puerta para recibir al Espíritu Santo y anunciarlo».
Finalmente sostuvo: «Dios desde su Misericordia nos llevará a sanar, conmover, acercarnos y llenar de vida el corazón del otro, para poder experimentar esa alegría de la Misericordia del Padre. Hgamos que trascienda y podamos hacerla visible para que los demás hermanos puedan sentir ese amor misericordioso de Dios».
Tras la celebración eucarística, se realizó una procesión con la imagen de la Divina Misericordia alrededor de la plaza Manuel Belgrano.
