Un importante número de fieles copó el Santuario de Mama Antula, ubicado en la localidad de Sílipica (Dpto. Silípica), para participar de la Bendición de Ramos y dar inicio a la Semana Santa. cabe señalar que se realizó la apertura de la Puerta Santa.
La celebración empezó con la Bendición de Ramos, rito que estuvo a cargo del padre Mario «Monchi» Tenti. Posteriormente se efectuó una procesión hasta el Santuario, fue entonces que se realizó la apertura de la Puerta Santa y se invitó a los feligreses a ingresar al templo.
Durante la ceremonia y tras la lectura de la Pasión de Jesús, el presbítero señaló, «es dificil creer en un Dios crucificado porque en el fondo las personas desconfiamos, dudamos, no creemos en el amor y la misericordia, porque es cierto que la cruz es el signo del odio de aquellos que lo mataron a Jesús, pero Dios es bueno, es amor, transformó ese signo de odio en un signo de amor».
Por otra parte recordó, «Jesús nos dice yo doy la vida, a mi nadie me la quita y eso que nos da -su sangre en la cruz- es el signo de amor más grande. Él le va a decir a sus discípulos en la última cena ‘no hay amor más grande que dar la vida por los amigos, ustedes son mis amigos, no los llamo servidores porque ustedes me llevaron a conocer todo lo que aprendí de mi padre’. Nos amó hasta dar la vida por nosotros».
El padre Tenti expresó a los fieles que creer, «este Cristo Crucificado significa creer en la misericordia de Dios, en el amor de Dios. No siempre los creyentes, los discípulos, los cristianos, lo experimentamos, lo vivenciamos a Dios como amor, muchas veces para algunos es un Dios lejano, para otros un Dios que castiga».
«Hoy hemos celebrado el sacramento de la reconciliación y posiblemente muchos de los que estámos aquí no recibíamos el perdón de Dios quizás por temor, por desconfianza, porque algunos han pensado ‘mi pecado es tan grande que no lo va a perdonar’, ¿cómo me lo iba a perdonar a mi? son esas cosas que nos pasan por el corazón cuando no nos damos cuenta quien es Dios», argumentó el sacerdote.
Seguidamente amplió, «cuando nos damos cuenta que es un padre de amor y misericordia, lejos de temerle, me acerco a él con humildad, como se acerca un hijo a los brazos de su padre o madre, buscando el amor, el refugio, el abrazo, la contención. Entonces lo que la iglesia va a celebrar esta semana es el triunfo del amor de Dios sobre el odio, el pecado, la muerte porque Jesús fue capaz de dar la vida por nosotros, Dios lo ha resucitado».
Más adelante señaló: «Ojalá en esta semana todos podamos hacer esta experiencia de ir caminando con Jesús, hacia la Pascua sabiendo que todavía hay cosas en nuestra vida que deben morir, muchas cosas que tenemos que dejar que Dios las muela como el grano del trigo para que podamos dar un fruto abundante dejando en el pasado pecados, comportamientos , conductas, expresiones, gestos palabras, pensamientos que a veces nos alejan de Dios».
Finalmente el presbítero invitó a los presentes a poner nuestro espíritu, «en las manos de Dios y que él nos ayude a caminar esta Semana Santa, a morir al pecado y a resucitar con su hijo Jesús».