Dejó críticas para aquellas interpretaciones maliciosas que surgieron tras sus comentarios sobre el trabajo. “Algunos me han hecho decir cosas que yo no sostengo, que propongo una vida sin esfuerzo, o que desprecio la cultura del trabajo», afirmó.
En alusión a los subsidios y ayudas sociales del Estado a los desempleados el Papa Francisco recordó la historia de su familia y de miles de inmigrantes. “No vinieron a nuestro país con ganas de ser mantenidos sino con un enorme deseo de arremangarse para construir un futuro para sus familias», respondió.
De todos modos el Papa aseguró que «siendo esto así, queda claro que los subsidios sólo pueden ser una ayuda provisoria».
«No se puede vivir de subsidios, porque el gran objetivo es brindar fuentes de trabajo diversificadas, que permitan a todos construir el futuro con el esfuerzo y el ingenio», expresó en un claro mensaje al Gobierno y a los empresarios.
«Por esta senda creo que el diálogo entre los empresarios y los trabajadores es no sólo indispensable sino también fecundo y prometedor», concluyó el Papa Francisco.
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