Para Frigerio, si el Gobierno logra sortear la crisis «el apoyo en las elecciones se dará naturalmente»

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«Los diputados y senadores tendrán margen para hacer cambios en el presupuesto 2019. No cerramos un presupuesto con los gobernadores porque eso no se puede hacer.No habrá votación a libro cerrado como en otras épocas». Quien lanza estas aseveraciones es el ministro del Interior Rogelio Frigerio, que acaba de cerrar varios meses de arduas negociaciones con las provincias para empezar ahora a discutir en el Congreso el debate de fondo para las cuentas públicas del año que viene.

Frigerio niega tajantemente que el proyecto de presupuesto 2019 sea un puente hacia el camino a la reelección de Mauricio Macri. Pero deja entrever una señal inequívoca: «Si demostramos que no sólo podemos manejar la Argentina en un buen momento internacional sino también en un contexto adverso, el apoyo en las eleccciones se va a dar naturalmente», dijo en diálogo con Infobae.

Cae la tarde del viernes, Frigerio acaba de firmar con el gobernador de Chaco Domingo Peppo la agenda del presupuesto y se lo ve cansado en su amplio despacho. Pero inmediatamente toma el guante y habla de todo: la estrategia de la Casa Rosada para el debate en el Congreso, el paro de la CGT, el peronismo, los cambios de gabinete y los aumentos tarifarios. No le escapa a ningún tema filoso.

-¿Cómo va a encarar el Gobierno esta nueva etapa de acuerdos con los legisladores para la aprobación del presupuesto 2019?

-Estamos terminando los últimos detalles del presupuesto para mandarlo al Congreso en tiempo y forma y el lunes ya empezamos la discusión en la comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados. Este será un presupuesto inédito en la historia de la Argentina porque llega después de un acuerdo con los gobernadores y con varios de los miembros del Parlamento. Hemos definido las características centrales de este presupuesto que por primera vez en décadas va a ser claramente equilibrado. Vamos a tener equilibrio en las cuentas públicas. Es algo que parece obvio pero antes no era así. Que empecemos a vivir de lo que ingresa y no vivir de prestado como ocurría hasta ahora.

-¿Tienen temor de que lo acordado con los gobernadores sea modificado en el Congreso?

-Lo que acordamos con los gobernadores es una adenda al consenso fiscal que ya se está firmando, un presupuesto equilibrado donde la Nación deje de ser responsable de algunas funciones que tenía en el pasado, de la mano de transferencias automáticas de recursos a las provincias. Hasta hace dos años las provincias participaban de un cuarto de la torta de los recursos federales, hoy la participación es de un tercio. De la mano de este crecimiento y autonomía de las provincias creemos que hay que empezar a discutir los niveles de responsabilidades que le competen a cada nivel de gobierno. Estas siempre han estado muy desdibujadas porque siempre hubo un poder central que concentraba los recursos para disciplinar a los gobernadores que no pensaban como el gobierno de turno. Y esto cambió desde hace dos años. Y este cambio en línea con la idea de un país federal que queremos construir tiene que tener un correlato con la discusión de las responsabilidades. Y algo empezamos a esbozar en este proyecto de presupuesto.

-¿Es decir que en función de estas responsabilidades las provincias no tienen mucho margen para hacer cambios al proyecto de presupuesto?

-No, siempre tienen margen. Nosotros no cerramos un presupuesto con los gobernadores porque eso no se puede hacer ya que el presupuesto se vota en el Congreso y son los senadores y diputados los que tendrán la última decisión respecto al proyecto que envíe el Poder Ejecutivo. Con los gobernadores discutimos los elementos generales y entendemos que eso va a ser tomado en cuenta por los legisladores. Eso no quiere decir que va a ser determinante o que los diputados y senadores tengan el derecho de debatir y discutir detenidamente el presupuesto.

-¿En ese debate se podrán hacer cambios?

-Por supuesto, nosotros presentamos un presupuesto equilibrado donde planteamos ideas de algunos lineamientos. Pero esto no quiere decir que no se pueda debatir o que se vaya a aprobar un presupuesto a libro cerrado como había en el pasado. Este es un presupuesto que merece ser debatida con seriedad.

-¿Este acuerdo con gobernadores del PJ le ofrece al Gobierno cierta posibilidad de incorporar a algún sector del peronismo?

-Primero dejame resaltar que con los gobernadores llegamos a algunos consensos pero no cerramos un presupuesto. Este es un Gobierno débil respecto a la representación parlamentaria y territorial. Tenemos sólo cinco gobernadores sobre 24 y no tenemos mayorías parlamentarias. Nos vimos obligados por necesidad y por nuestra forma de entender la política. En momentos difíciles es más importante sostener esta forma de gobernar con debate, que nos sentemos en más mesas de discusión.

-¿Esto puede dar lugar a una incorporación de peronistas al gobierno?

-El gobierno tiene que ser muy amplio y muy generoso. Además un gobierno en minoría como este tiene que priorizar siempre el diálogo ante cualquier circunstancia. Esto puede verse o no reflejado en la incorporación de funcionarios de otras fuerzas políticas.

-El PJ pidió al FMI que no extienda fondos a la Argentina ¿cree que hay sectores que ponen palos en la rueda al gobierno?

-Desde el primer día que ponen palos en la rueda. Desde antes de asumir el gobierno hay un sector de la oposición que cree que cuanto peor le vaya al presidente y al país mejor les va a ir a ellos. Es una actitud muy egoísta que va en contra de los intereses de la gente. Pero por suerte es un sector minoritario. El sector mayoritario de la oposición ha acompañado la gobernabilidad y que más allá de no estar de acuerdo con muchas cosas entendieron que es importante que a la Argentina le vaya bien para que a los argentinos nos vaya bien.

-No se si es un sector minoritario o no, pero estos sectores generan ruidos afuera y un paro general como el que plantea la CGT…

-No quiero asimilar un paro de la CGT con una actitud contraria a la gobernabilidad. El paro es un derecho de los trabajadores. Después habrá que analizar las consecuencias del paro y ver si hay forma de evitarlo por el diálogo. Es que el paro es un día perdido desde el punto de vista del trabajo. Por eso hay que tratar de evitarlo aunque es un derechos de los trabajadores.

-¿Entonces el sindicalismo no representa ese sector?

-Hay de todo en el sindicalismo. Hay sectores que se han dedicado a poner palos en la rueda y hay sectores que se han manejado con más responsabilidad y eso también hay que valorarlo.

-¿Cómo se va a canalizar todas las quejas que se oyeron de los gobernadores durante el debate del presupuesto?

-El año pasado, en un contexto normal para la Argentina pusimos el plan más ambicioso de infraestructura y nuestro compromiso es no parar la obra pública. Vamos a cumplir con todas esas obras que están más allá de algunos retrasos por circunstancias propias de la Argentina, pero en el presupuesto van a estar reflejados los fondos para garantizar la continuidad de obra pública.

-Pero hay obra pública que estaban atadas a por ejemplos el Fondo Sojero y que si se elimina no va a estar más…

-Esa es una discusión que hay que dar y plantear. Hay que ver si se pueden generar mecanismos para ver que esas obras se concluyan.

-¿No cree que en el presupuesto el Gobierno se pone metas difíciles de cumplir que corre el peligro de no cumplir luego como ocurrió con metas de inflación o inversiones que se pusieron y no cumplieron?

-Creo que en el pasado subestimamos un poco la situación que heredamos. Hubo un exceso de optimismo para alcanzar metas que eran difíciles de resolver. Un ejemplo de eso es la inflación. Haber pretendido bajar la inflación antes que el déficit fiscal fue un error. Sin embargo, en un año normal como el 2017 pudimos demostrar que pusimos a la Argentina de pie y avanzar con el plan de infraestructura, encaramos problemas de raíz como el tema energético, una atención especial a la pobreza que empezamos a lograr bajar. Hubo un corte claro a partir del segundo trimestre de este año en donde las circunstancias internacionales cambiaron. Y donde los shock externos negativos nos encontraron mal parados. Argentina es quizás el país más vulnerable de la región. En Argentina no entran dólares, como está ocurriendo en el resto de la región. Así como el Presidente mostró que en un contexto normal pudo empezar a lograr objetivos y empezar con la agenda de transformaciones, ahora debe demostrar que en un contexto adverso logra también que la Argentina pueda salir de esta situación difícil.

-Pero yo le planteo justamente por la inversa, si en un momento tranquilo supuestamente de la Argentina muchas de esas metas no se pudieron cumplir como la inflación o la pobreza…

-No, pero la pobreza sí la bajamos. Desde 2016 hasta la última medición del INDEC, 2.700.000 argentinos salieron de la pobreza. Bajamos de un tercio a un cuatro. Falta mucho aún, y tenemos que seguir trabajando con las mismas energías. También la inflación la bajamos respecto de 2016. Es verdad que fuimos demasiado ambiciosos en esta idea de bajar la inflación sin tener un correlato en paralelo con una baja del déficit fiscal. Por eso hasta que no bajemos el déficit va a ser difícil bajar la inflación a los niveles que queremos. Pero en un año normal avanzamos con mucha energía en los temas que nos propusimos y en un año difícil como estos debemos demostrar que somos buenos sorteando esta crisis.

-¿Cree usted que hubo un cambio profundo de Gabinete? ¿No cree que la gente esperaba más cambios?

-Acá hubo un cambio en la manera de la toma de decisiones del Gobierno. Se redujeron los ministerios a menos de la mitad y hoy hay a diario reuniones de gabinete con el presidente. Este es un formato más adecuado para el momento en que atraviesa la Argentina. Así que creo que los cambios fueron importantes.

-¿No cree que hace falta más cambios de nombres?

-Esa es una decisión del Presidente. El es el director técnico y nosotros los jugadores. Eso depende de él.

-Es que los radicales siguen reclamando más espacios de poder…

-Tampoco está cerrada la decisión de incorporar más sectores y funcionarios. Hoy este es el gabinete en que el Presidente se siente confiado en poder sortear este momento difícil que atraviesa la Argentina. Ahora hay que demostrar que así como fuimos eficientes en un momento de normalidad, también lo tenemos que ser en un momento de adversidad.

-¿Cree que se puede seguir ajustando en tarifas y al bolsillo de la gente en este momento?

-Creo que la gente está esperando un esfuerzo de parte del Estado. Esto es lo que estamos mostrando con este presupuesto con la reducción del déficit fiscal donde hay un esfuerzo muy grande de la Nación y también de las provincias. Estamos llegando al equilibrio de las cuentas públicas. Cuando lleguemos a esa meta, los beneficios para la sociedad van a ser evidentes. El objetivo que estamos buscando a través de este esfuerzo fiscal con un presupuesto equilibrado es para que la gente pueda vivir mejor y que la Argentina no sea tan vulnerable hacia el sector externo.

-¿Pero en este contexto cree que hay margen para que haya más aumento de tarifas el año que viene?

-No deberían haber aumentos reales en los servicios públicos. Estos deberían crecer igual o menos que la inflación.

-¿Con este presupuesto se garantizaría un segundo mandato de Macri?

-No es ese el objetivo. El objetivo es resolver los problemas de la gente no ganar una elección. El objetivo es ganarle a los males históricos de la Argentina que tienen que ver que se creía que podíamos vivir de prestado en la Argentina.

-Pero este objetivo está planteado a largo plazo o dos mandatos…

-Creo que si hacemos las cosas bien, si demostramos que no solo podemos manejar la Argentina en un buen momento sino también en un contexto adverso, el apoyo en las elecciones se va a dar naturalmente. Pero no porque hoy estemos pensando en eso.

-¿La situación de un peronismo fracturado le resuelve a Cambiemos el panorama electoral?

-La oposición republicana y que entiende las reglas de juego y que quiere que a la Argentina le vaya bien debería organizarse para tener una representación electoral importante. Para dejar atrás el populismo y las prácticas antidemocráticas o una Argentina aislada del mundo necesitamos que las cosas que se discutan sean otras.

-¿Ese pasado sigue entorpeciendo la gestión del Gobierno, por ejemplo en el caso de los cuadernos con la obra pública?

-Es cierto que en el corto plazo el tema de las cuadernos no es una buena noticia para la economía; no es menos cierto que para el largo plazo es una excelente noticia porque ello implica que los que tengan manejo de responsabilidades en el control de recursos lo van a pensar dos veces antes de robar en la Argentina. Y esto demuestra también que para que haya corrupción tiene que haber dos partes involucradas. Por más que esto complique a una situación económica difícil, haber visualizado este tema de la corrupción es una buena noticia para la Argentina que estamos buscando.

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