Este domingo Paraguay va a las urnas para elegir presidente.
El candidato oficialista Mario Abdo Benítez, del Partido Colorado, y el opositor Efraín Alegre (Gran Alianza Nacional Renovada -Ganar-), pican en punta en las encuestas que miden la intención de voto de estos comicios en el país vecino.
Con poco más de 4 millones de personas habilitadas a votar, las elecciones se definirán en una sola vuelta. Hay diez contendientes para acceder al Poder Ejecutivo.
También se deberán elegir 45 senadores y 80 diputados para la renovación parlamentaria; 17 gobernadores, 17 juntas departamentales y los 18 miembros del Parlamento del Mercosur.
La economía y la corrupción fueron dos de los temas que ganaron la escena en los debates entre los principales candidatos. Por caso, “la guerra contra la corrupción y la impunidad” fue uno de los slogans principales que abordó el favorito para estos comicios, Mario Abdo Benítez.
Mientras que su principal contendiente, Efraín Alegre, postulante de la alianza que reúne a liberales y el izquierdista Frente Guasú, prometió en su acto de cierre de campaña no hacer «negocios con el Estado como lo está haciendo este gobierno y seguramente lo hará Abdo Benítez».
Perfiles
Abogado y militante del partido Liberal desde muy joven, Alegre, de 55 años, aspira a romper la hegemonía del oficialista partido Colorado (derecha) desde una coalición de centro izquierda en la que no faltan las tensiones.
Católico practicante, contrario al aborto y al matrimonio igualitario, en contradicción con varios partidos que lo apoyan en su Alianza Ganar, Alegre se presenta como candidato por segunda vez en cinco años.
Fue ministro de Obras, expresidente tanto de la Cámara de Diputadoscomo de la de Senadores, además de titular de su partido. En 2013 cayó derrotado por el actual presidente, el rico empresario tabacalero Horacio Cartes, en unos comicios donde su partido se presentó sin alianzas.
Hijo de un hacendado y comerciante del departamento de Misiones (sureste), es el octavo de doce hermanos. Tiene cuatro hijos y está casado con Mirian Irún desde hace 26 años.
Contrajo matrimonio con los primeros vientos de democracia tras el fin de la dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1989), contra la cual Alegre fue activo militante juvenil. Todo lo contrario de su principal adversario.
El actual delfín de Cartes, Mario Abdo Benítez, de 46 años, favorito en las encuestas, es tildado con desdén por sus contendientes con el mote de «bebesaurio», por ser hijo de un estrecho colaborador de Stroessner, el mentado dictador que dirigió con mano de hierro los destinos de Paraguay por 35 años y a quien se le atribuye entre 1.000 y 3.000 muertos y desaparecidos.
Los restantes candidatos que buscarán la presidencia son:
-Pedro Almada Galeano (Partido Frente Amplio);
-Jaro Ilicineo Anzoátegui Mariño (Movimiento Nacional de Artistas del Paraguay);
-Efraín Enríquez Gamón (Movimiento Político Soberanía Nacional);
-Juan Bautista Ybañez (Partido Verde Paraguayo);
-Ramón Ernesto Benítez Amarilla (Movimiento Nacional Reserva Patriótica);
-Justo German Ortega Maqueda (Partido Socialista Democrático Herederos);
-Atanasio Galeano (Partido del Movimiento Patriótico Popular); y
-Celino Ferreira Sanabria (Movimiento Político Cívico Nacional Unámonos)
Propuestas
El candidato de Gran Alianza Nacional Renovada (Ganar), Efraín Alegre, basó su programa de gobierno en cinco ejes: reforma de la justicia, empleo, seguridad, salud y la educación.
Propone una reforma constitucional y electoral, para que de esa manera se puedan abrir las listas y cambiar el sistema de elección. Apuesta por un diálogo nacional para avanzar en un nuevo contrato social que incluya a los sectores económicos, sociales y gremiales paraguayos.
Una de las audaces propuestas de Alegre es reducir al mínimo las tarifas de la electricidad y ofrece salud gratuita a favor de los indigentes, postura que apresuró a su rival político a advertir una tendencia “populista”.
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El oficialismo lo cruzó, atento a los riesgos que podría conllevar para su estrategia electoral que la propuesta prenda en el electorado: «Alegre representa a los invasores de propiedades que son enemigos del trabajo«, dijo el presidente Cartes.
Es que la propuesta de Alegre tiene una base sólida en la que podría hacer pie. La pobreza estimada en Paraguay asciende al 26,4% (global 2017). Esto es más de un cuarto de la población. Se trata de personas que viven con menos de u$s100 mensuales. Dentro de esa franja hay que contar a quienes sufren la pobreza extrema, que escala al 4,41%. Son quienes viven con menos de u$s50.
Desde el oficialismo respondieron con datos macroeconómicos para justificar el repunte en el que estaría inmerso el país. Destacan que el año pasado, el PIB de Paraguay creció 4,5% y se ubicó entre los más altos de la región.
Pero Alegre contraatacó y remarcó que el Partido Colorado estuvo al mando del país durante los últimos 70 años – salvo el período de cuatro años que gobernó su actual aliado el exobispo izquierdista Fernando Lugo (2008-2012). Todas esas décadas dijo el candidato presidencial fueron sinónimo de «inestabilidad, pobreza, despilfarro y corrupción».
En lo que hace a su programa de gobierno, el candidato del Partido Colorado promete mantener la baja presión tributaria al empresariado local e internacional «tal como está para que el país siga siendo atractivo para la inversión».
Abdo Benítez propone establecer alianzas estratégicas con Brasil mientras que en materia de seguridad y control de fronteras postula el fortalecimiento de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas. Sobre la educación promueve la cooperación con el sector privado.
El tablero legislativo y una denuncia en la OEA
En las elecciones de este domingo también se renovarán bancas legislativas. Entre las particularidades de estos comicios se destaca que dos expresidentes y el mandatario en ejercicio, Horacio Cartes, pulsearán por escaños en el Senado, lo que generó una áspera polémica y obligó a un pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia al respecto.
El clima político en el país vecino está tan denso que las listas de aspirantes al Congreso desbordan de aspirantes venidos desde afuera de la política.
Ya en veda electoral, una mirada a las listas de postulantes al Parlamento permite descubrir rarezas y curiosidades.
La renovación legislativa impone elegir 45 senadores y 80 diputados, que escoltarán la gestión del ganador de la compulsa presidencial.
La opositora alianza Ganar va con una única fórmula presidencial (Efraín Alegre-Leonardo Rubín), pero varias nóminas de postulantes al Senado. Una de ellas es la del Frente Guasú, que encabeza Fernando Lugo, quien va por su reelección legislativa.
El Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), la otra fuerza representativa de la coalición, lleva al gobernador del Departamento Central, Blas Lanzoni, al tope de su lista, y el Partido Democrático Progresista (PDP) a Desirée Masi.
Otras dos fuerzas del acuerdo, Encuentro Nacional (PEN) y Avancemos País, postulan, respectivamente, al actual diputado Hugo Rubin y al ya senador Adolfo Ferreiro. El Partido Revolucionario Febrerista, por su parte, propone a Josefina Duarte.
Para algunos voceros de Ganar, ese sistema de listas varias y la imposibilidad de acordar una única nómina conspira contra las chances de ganar las elecciones, porque generó problemas durante la campaña: fuera del binomio, cada sector buscó sumar respaldos para su propia nómina.
Probablemente esas dificultades jugaron a favor del coloradismo, que aparece con ventaja en las encuestas, pero que debió esperar que la justicia habilitara su lista para el Senado, que acompañará a la dupla Mario Abdo Benítez-Hugo Velázquez.
Ocurre que el artículo 189 de la Constitución guaraní señala que «los expresidentes de la República, electos democráticamente, serán senadores vitalicios de la Nación, salvo que hubiesen sido sometidos a juicio político y hallados culpables». Esas bancas tienen voz pero no voto.
Fue por ese precepto que Nicanor Duarte Frutos no pudo asumir el escaño para el que fue votado en 2008. Ahora va por la revancha en la lista que lidera Cartes.
Los dos fueron beneficiados por un fallo de la Corte que ratificó otro del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) que habilitaba a Cartes, al exmandatario Duarte Frutos y al hasta hace días vicepresidente Juan Afara a postularse para ser senadores activos con voz y voto.
La Corte consideró que aunque los expresidentes tienen el título honorífico de senadores vitalicios, eso no puede privarlos de candidatearse para acceder al Parlamento en forma activa, porque de lo contrario se estaría ante una restricción a los derechos fundamentales del individuo. En esta última semana, el Frente Guasú llevó su denuncia a la OEA.
Otras dos figuras conocidas de la política local pretenden llegar al Senado: el ex ministro luguista Camilo Soares, acusado en la justicia de irregularidades durante su gestión, es impulsado por el Partido Movimiento al Socialismo (P-MAS); y el ganadero Fidel Zavala, que en el 2008 pasó tres meses en poder del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), ahora va en las boletas de Patria Querida.
Mientras, el Movimiento Político Indígena Plurinacional tratará de sentar por primera vez en el Senado a un indígena: Gerónimo Ayala, un arquitecto de 37 años, procura terminar con el absurdo de que el altísimo porcentaje de población de pueblos originarios del país nunca haya tenido una representación directa en el Congreso.
Además, la médica Lilian Soto, activista feminista y extitular de la Secretaría de la Función Pública, será de las pocas mujeres al frente de una nómina. Buscará el Senado por el partido Kuña Pyrenda. Por el Partido de la A, una fuerza nueva, tratará de llegar al Senado el periodista farandulero Mili Brítez.
La lista de quienes buscan una plaza en Diputados también tiene particularidades, mayormente por los que se sumaron a un partido desde afuera de la política, como es el caso de «La Kchorra», nombre artístico con el que Nadia Portillo triunfó en el mundo de la cumbia. O del caricaturista y músico Mario Casartelli, quien peleará una banca por Asunción por el respaldo del Frente Guasu, entre otros.
La suerte de todos ellos estará en manos de poco más de 4 millones de paraguayos, que irán a las urnas por séptima vez en comicios generales desde que, en 1989, terminó la larga dictadura de Stroessner.
IProfesional