El presidente Mauricio Macri aprovechó una de las entrevistas que brindó desde China para enviarles un mensaje a los gremios: las paritarias ya fueron «negociadas» y no se van a reabrir hasta el año que viene.
La declaración política no cayó bien en la CGT, que hasta ahora se ha movido con pies de plomo para evitar confrontar con el gobierno nacional. Sin embargo la paciencia parece estar llegando a un límite. Así lo adelantó Carlos Acuña, uno de los conductores de esta nueva etapa de la central obrera.
«Los gremios tuvieron paciencia y perdieron este año un 10, 12% de poder adquisitivo. Me estraña que ahora digan esto porque es un momento el que ellos mismos reconocen que no hay más inflación. Y sí, es así porque hay una gran recesión. Me duele porque no están cumpliendo lo que prometieron», aseguró el titular del sindicato que agrupa a los trabajadores de estaciones de servicio.
Y anticipó: «Mientras haya respuestas, vamos a tener la prudencia necesaria, pero si siguen atacando el bolsillo, el trabajador se va a impacientar más y vamos a estar obligados a tomar medidas de fuerza».
Esas medidas de fuerza serán discutidas el 23 de septiembre cuando se realice el Comité Central Confederal donde varios secretarios generales irán con la moción de convocar a una protesta. Los dichos de Macri atizaron el fuego en un momento donde algunos ministros buscaban un acercamiento con el sindicalismo de la mano del proyecto que modificará el Impuesto a las Ganancias.
En la CGT también están preocupados por el aumento del desempleo. El propio jefe de Estado reconoció que se perdieron 100 mil puestos de trabajo y creen que en la economía informal la sangría es aún mayor.
«No importa el número. Y hay que tener en cuenta que hay sectores que están en peligro por la invasión de los paquetes y de los productos importados que atacan a la industria nacional. Acá lo importante es que se está yendo para atrás», completó Acuña en diálogo con FM Milenium.
