Primero hay que saber sufrir… Argentina es así. La serie ante Finlandia comenzó con un Tommy Etcheverry sorprendido por el nivel de su rival, Eero Vasa -703 del ranking- que le planteó un primer set parejo, jugado de igual a igual, casi a su mismo nivel. Un nivel disminuido por los nervios de ser banca y tener la necesidad, el deber, de ganar ese primer punto de la serie. Eso se notó en el descargo tras quedarse con el primer set.
Las estadísticas marcan que cuando existe una diferencia notoria de ranking, si el primer set termina en favor del de menor nivel por 7-5 o en tie break, en su mayoría, los dos siguientes son categóricos, casi aplastantes, para el mejor ubicado. Y así sucedió. “Creo que ya son varias series, estoy con más experiencia y trabajando en todo momento, eso me permitió sacar todo mi mejor tenis”, comentaba Francisco después del 2-0 que consiguió y que le cedía la responsabilidad de sellar la clasificación al dobles de Máximo González y Andrés Molteni.
Si cada partido se vivió con intensidad, la cara del capitán argentino hablaba a las claras de lo que sufría con la espera del resultado final del dobles. “Los nervios son intensos en cada partido, pero cuando saco para cerrar o con match point a favor es cuando más coraje me da”, contaba Machi González, quien culminó levantando sus brazos al techo del AO Arena en el que resonaba el “Argentina, Argentina…”.
“Es un objetivo cumplido para todos nosotros -dejaba escapar orgulloso Francisco Cerúndolo-, conseguimos el pasaje a Málaga que vinimos a buscar. Fue una semana muy intensa”, reflexionó mientras su mano pasaba alborotando su improvisado peinado. Momentos antes, su mamá, desde la platea, le había extendido los brazos para volver a estrecharlo en otro abrazo.
Las fotos se sucedieron, dentro y fuera de la cancha. La alegría no permitía que las piernas dejaran de saltar, los flemáticos organizadores seguían intentando interpretar lo que estaba sucediendo.
En medio de los festejos, los jugadores hablaron por primera vez de las críticas que sienten desmedidas para con el grupo. “Hay comentarios que llegan desde las redes o desde algunos medios que dañan, que no suman y hay que decirlo. No se dan cuenta, pero lastiman. Aprovechan cada cosa para darnos y uno no puede estar contento con eso”, expresó Machi González, sin enojarse y en tono reflexivo. Los jugadores han dejado claro que no les molestan las críticas, pero que no entienden cuando se ensañan con ellos o el Capitán.
La Argentina regresa a la lucha por la Ensaladera de Plata con un equipo sin figuras, pero consolidado. Lo hace después de cinco años y con otro integrante de La Legión como líder. Casualidad o no, son los que estuvieron frente a frente por el título de Roland Garros en 2004: Gastón Gaudio y, ahora, Guillermo Coria.
Fuente Infobae