Pedro Sánchez renunció como diputado y evidenció la división del PSOE

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Foto Wen

El ex líder del Partido Socialista (PSOE) Pedro Sánchez renunció este sábado a su escaño en el Congreso de los Diputados español para no participar de la votación histórica en la que su partido facilitará la reelección del conservador Mariano Rajoy, una decisión con la que está en «profundo desacuerdo».

Emocionado y con la voz cortada, Sánchez anunció que dimitía como diputado pero no dejaba la política ya que volverá a «empezar como un militante socialista más», y trabajará para «construir un Partido Socialista alejado del PP (Partido Popular), abierto, unido» y del que «participen los militantes».

Apenas unas horas antes de que el PSOE se dispusiera a facilitar mediante la abstención la reelección de Rajoy, el ex secretario general reiteró que está en «profundo desacuerdo» con la decisión, y «como muchos socialistas» mantiene un «‘no’ firme y claro».

Según explicó, después de haber sido el máximo líder del PSOE no puede desobedecer al Comité Federal que fijo la posición de abstención, pero tampoco puede incumplir con su compromiso con los votantes y militares que lo eligieron.

«La decisión del Comité me pone en una encrucijada», remarcó el político socialista en Conferencia de prensa en el Parlamento.

«De de las opciones que me dio la gestora -órgano que dirige al PSOE desde su dimisión- no escojo ninguna. No iré contra mi partido ni contra mi compromiso electoral», subrayó Sánchez.

«A partir del lunes empezaré a acercarme a quienes no están siendo escuchados, a los militantes. A los socialistas, con o sin carné, que tienen que participar de sus decisiones (…)», añadió.

Sánchez sostuvo que «con una abstención mínima la gestora podría haber evitado esta abstención», pero «existen sobradas razones para que la gestora no optara por esta vía», indicó.

El voto en bloque del PSOE pretendía mostrar una imagen de unidad después de la guerra fratricida que se desató hace unas semanas en el seno de la antigua fuerza española y que terminó por forzar la dimisión de Sánchez al frente del partido, lo que allanó el camino a Rajoy.

Al margen de la renuncia de Sánchez horas antes de la votación, una quincena de diputados socialistas, la mayoría catalanes, se disponían a votar «no» a Rajoy, evidenciando el cisma en la dirigencia del PSOE.

En ese sentido, Sánchez pidió «expresamente» a la gestora que no elijan el camino de la expulsión ni romper con el «partido hermano» de Cataluña, porque sería un grave error.

Tras presentarse como candidato del PSOE y quedar en segundo lugar detrás de Rajoy en dos elecciones consecutivas, Sánchez defendía que los socialistas debían mantenerse firmes en su «no» a Rajoy, ya que lo contrario sería avalar sus políticas de ajuste de los últimos años y la corrupción en el PP, y debía intentar formar un gobierno alternativo buscando el acuerdo con los liberales de Ciudadanos y los izquierdista de Podemos.

Lo intentó y fracasó tras los comicios del 20 de diciembre de 2015, cuando Rajoy le dejó vía libre al declinar la oferta del rey para formar gobierno. Ciudadanos firmó un acuerdo con Sánchez pero Podemos se negó a sumarse, al considerar que el PSOE había prioridad pactar con la «nueva derecha, con la que ellos se consideran incompatibles.

Los comicios del 26 de junio dejaron al PP más reforzado, pero aún así el ex líder socialista creía que no podían permitir gobernar a Rajoy y el PSOE debía volver a intentar un acuerdo alternativo, pese al riego de que todo terminara en unas terceras elecciones generales.

No obstante, un sector del PSOE, encabezado por la presidenta andaluza Susana Díaz, que desde hacía tiempo mantenía que la abstención era la mejor opción para luego dar paso a otro liderazgo, chocó con su estrategia.

Sánchez, que en 2004 se convirtió en el primer secretario general del PSOE elegido por la militancia, les plantó cara pero sus planes fueron volteados el 1 de octubre en un dramático Comité Federal que culminó con su dimisión como secretario general.

La gestora que tomó las riendas del partido socialdemócrata español consumó el giro del PSOE, que por primera vez en la historia facilitará la elección del candidato de su tradicional rival.

«No puedo fallar a los socialistas de corazón que confiaron en mi y compartieron el camino de que el no es no», argumentó Sánchez, que en algunos momentos de su intervención tuvo que dejar de hablar de la emoción.

Desde su posición de «discrepancia», el político socialista le deseó «suerte» a Rajoy, a pesar de que «los hechos no lo avalan», ni por el pasado, por no haber asumido su responsabilidad política por la corrupción en el PP, ni tras haber dicho en su discurso de investidura que seguirá adelante con sus políticas.

«España necesita una alternativa creíble al PP, en eso seguiré trabajando», subrayó Sánchez quien advirtiendo a la gestora que «hoy expira su mandato», y el lunes tienen que poner fecha a un Congreso. «Trabajaré para que los militantes tengan derecho a votar para «corregir el equivocado rumbo que tomó la gestora», zanjó el político socialista.

Fuente: Telam

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