Perla Martínez, la defensora de los personajes más polémicos, que ahora asiste a la esposa de José López

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Perla Martínez es la titular de la Defensoría Federal Nro. 3, por su trabajo tuvo que intervenir en casos resonantes y defender a figuras polémicas. María Julia Alsogaray, Sergio Schoklender, Alfredo Astiz, son sólo algunos de las personas que la tuvieron como defensora en procesos penales.

Hoy se encarga de la defensa de la mujer de José López. De vasta trayectoria en el Poder Judicial, Perla Martínez accedió a recibir a Infobaeen su despacho del quinto piso de Comodoro Py.

Al ingresar a la Defensoría el primer impacto es el escaso personal y el limitado espacio en el que trabajan. Sólo siete empleados para atender entre 800 a 1.000 causas «calientes» que van del narcotráfico a la corrupción pasando por falsificación de documentos o billetes. Sin embargo, Martínez deja en claro que el trabajo que hacen es de máxima calidad profesional.

¿Cómo empezó en la Justicia?

Yo ingresé en el Poder Judicial en el año 1978, trabajando en una fiscalía. Ahí fui haciendo carrera. Estuve trabajando en el juzgado federal nro. 4 durante muchísimos años, desde el 80 hasta 1992 que me nombran defensora oficial.

¿Cómo fue ese cambio? Se pasó a la otra vereda, de acusar a defender…

Es todo un aprendizaje. Es mucho más laboratorio, todo lo que es la defensa es mucho estudio. En el PJ es más investigación, acá se estudia. Acá hay que buscar los caminos para poder enfocar el delito y ver las alternativas que podés ofrecer para la defensa. Aprendés con el tiempo que es la causa lo que vos tenés que seguir. Es fundamental conocer a la persona, hablar con ella.

¿Cómo es la primera entrevista con la persona que tiene que defender?

Es técnica. Acá todo es técnico, nosotros no somos ni cómplices ni encubridores. Acá es todo técnico. Lo que se busca es el respeto a la Constitución, a los Tratados Internacionales, y por ende a que la persona tratada con el respeto que merece y que se le garantice un debido proceso. Esa es la función primordial de la defensa. Que se respeten los DD.HH. y a la persona. Sea que vive en la calle o sea un funcionario público o personas con nivel económico elevado, para mi son todos iguales. Llegar a eso es fundamental para ser un buen defensor.

¿Para ud. es lo mismo cualquier caso?

Para mi es lo mismo. Para cumplir el juramento de ley al que le debo respeto todos son iguales ante la ley, todos merecen el mismo respeto y la misma consideración. Todos mis defendidos tienen el teléfono y el mail de la defensoría, todos tienen la posibilidad de comunicarse con nosotros en el momento en que lo necesiten. Los detenidos son vistos regularmente, por lo menos una vez al mes. Vamos a verlos tantas veces como sea necesario, pero una vez al mes seguro. Nos comunicamos constantemente.

¿Cuántas personas trabajan con ud. en la Defensoría?

El lugar es muy chico. Son dos oficinas chiquitas, una es muy chiquitita donde están trabajando en este momento las dos secretarias. Tenemos un despacho un poco más grande pero que también es chico donde está la mesa de entradas, donde trabaja un auxiliar, un oficial, un jefe de despacho, un prosecretario administrativo y nada más.

¿Cuántas causas tienen?

De 800 a 1.000 causas. Constantemente entran y salen.

¿De 800 a 1.000 causas con 7 personas?

Exactamente. Somos solamente cuatro Defensorías para todo el fuero federal que trabajamos con 12 juzgados que a su vez tienen dos o más secretarías. A eso hay que sumarle que trabajamos con 12 fiscalías. Además no trabajamos nada más que con primera instancia, también trabajamos con la Cámara, es decir con dos Salas, más las fiscalías de la Cámara. También trabajamos con la Cámara de Casación y con la Corte Suprema de Justicia. Acá hacemos todo, con ese personal.

¿Cuáles son los delitos con los que más trabajan?

Lo que más hay es droga.

¿Le ha tocado defender a algún jefe narco?

Sí, seguro. Estoy desde el año 1992 como defensora así que imaginate que hasta la fecha he defendido muchísimas personas.

Trabajamos con todos los delitos de la ley de drogas, falsificación de documentos, falsificación de documentación del automotor, falsificación de billetes, celulares, secuestros extorsivos, y delitos contra el Estado y delitos de funcionarios públicos.

¿Qué es más fácil de defender un culpable o un inocente?

Yo tengo que defender, no fijarme si es culpable o inocente, eso no me corresponde a mi. Cuando es inocente la carga es mucho más pesada, la carga emocional. Hay veces que no se puede demostrar la inocencia porque las pruebas pueden no reflejar la realidad o te faltan pruebas que por distintos motivos no las podés traer al expediente.

Ha tenido muchos casos resonantes ¿cómo es defender esas causas tan polémicas?

Mi forma de trabajar y la que trato de inculcar a los empleados de la Defensoría que no son causas polémicas. Son las mismas causas, el mismo delito el de Juan Pérez que el de la persona conocida. El delito es el mismo, unos son conocidos otros no. A mi no me interesa quien es conocido y quien no, la defensa va a ser la misma. La dedicación va a ser la misma porque el resultado -te puedo asegurar- va a ser el mismo.

¿Pero en estos casos no se siente más presión?

Para la defensa no. Para mí no. Para mí es mucha más presión tener que defender a personas que tienen recursos económicos bajísimos y que no me pueden venir a ver y yo sé que necesitan hablarme. A personas que vienen del interior que apenas tienen para pagar su viaje, que vienen y duermen acá para poder venir a la Defensoría, y que en algunos casos se llevan de acá por ahí los seis pesos que sale el colectivo. Eso es lo que a mí más presión me causa y más compromiso con lo que hago me genera.

Con los llamados personajes conocidos es más fácil porque ellos ya tienen más o menos resuelta su situación, ya saben lo que les va a pasar. Saben qué es estar en la Justicia, conocen los mecanismos de la Justicia. Ven desde un principio la posibilidad de que en algún momento sea que cometieron un delito o que aunque no lo hayan cometido pero por estar en la función pública están más expuestos a ser denunciados. Están más preparados.

¿En un caso grosero de corrupción como el de José López el desafío es mayor?

Yo no puedo elegir casos. Ya hace tantos años que sé que no puedo elegir casos que no me detengo a pensar en eso. Comprendo que esto puede ser difícil de entender pero cumplo la función técnica que debo cumplir.

Me gustaría que esto se trate con seriedad porque es serio. Con esa seriedad y dedicación es con la que trato de trabajar siempre y de que trabajen en la Defensoría. Acá se estudia cada caso en particular, y vemos a cada persona para saber cómo hay que defenderla.

Esta semana declaró la mujer de José López a quien ud. defiende ¿es inocente?

Eso no lo voy a determinar yo, eso lo va a determinar la Justicia.

¿Cuál es su situación?

En este momento está imputada por el delito de encubrimiento de su esposo.

¿Qué elementos hay para defenderla?

No hablo del caso de López, hablo de cualquiera, en muchísimas causas la esposa sabe o se presume que sabe. La esposa no tiene obligación de denunciar y no está abarcada por encubrimiento. Está excusada por el Código siempre y cuando no se haya beneficiado económicamente con ese dinero. Por el hecho de que sea la esposa, no podemos decir que sea tan autora del delito como el autor principal. Los ascendientes, descendientes y cónyuges están excusados del encubrimiento a no ser que haya habido un mejoramiento económico. En la declaración de la esposa de López, presentamos un escrito y documentación hecha por su contador con los ingresos que tuvo desde que comenzó a trabajar hasta ahora y de los movimientos económicos que tuvo desde que comenzó a trabajar hasta ahora. Esto para demostrar si hubo o no un lucro por parte de ella. Ella justificó sus movimientos económicos.

¿Qué ocupación tiene la esposa de López?

Es jubilada de la Justicia y es abogada recién recibida. Trabajó toda su vida en la Justicia.

¿Fue con ropa prestada a la declaración?

Sí, es verdad porque ella vivía en la casa del Tigre que alquilaba su esposo, que está clausurada y toda su ropa está ahí. Pedimos que se le permita sacar su ropa y sus perros pero el juez le dio vista a las partes y mientras las partes se expidieron pasó el tiempo.

Tiene la suerte de tener hijas grandes por eso las hijas le pueden prestar ropa. Al inhibirle todas las cuentas tampoco tiene plata. Le inhibieron la cuenta sueldo, cosa que no se debe hacer. Hubo que pedir el levantamiento de la inhibición de la cuenta sueldo.

¿Mientras tanto como vive?

Con la hija. La hija le presta la ropa y come con ella.

¿Dónde vive?

Está viviendo en la casa de una de las hijas. Cuando declaró dio como domicilio real el de la casa de la hija. Pese a que el juez le dijo que podía pedir la llave de su casa para ir a vivir, ella de ninguna manera quiere ir a vivir a ahí. Una porque no tiene plata para pagar el alquiler y otra porque de eso se ocupaba López y ella no tiene la menor idea de como está ese inmueble en ese momento. Así que de ninguna manera va ir a vivir ahí.

¿Contestó preguntas o sólo presentó un escrito?

A las preguntas se negó. Por escrito contó cómo se desarrollaron los acontecimientos del 13-14 del mes de junio con su esposo. Dijo que hacía ya bastante tiempo la pareja estaba en una crisis importante. No estaban separados, vivían juntos pero con una crisis importante.

¿Ella sabía a dónde iba él? ¿Lo vio salir?

Salió primero ella. En su declaración dice que ese día tenía que estudiar para rendir su último examen de su carrera de abogada, estaba dedicada a su estudio. El estaba muy nervioso ese día y quería hablar con ella y ella quería estudiar.

¿Quería hablar por el tema de la crisis de pareja?

No, quería hablar, conversar con ella. Entonces ella decidió -para poder seguir estudiando tranquila- comer temprano. Cuando comían él estaba muy nervioso le comentó «yo ya no puedo más con mi persona, no encuentro la paz». Ellos tenían una consejera espiritual que era la Hermana Alba. Era la consejera espiritual de cada uno de ellos y del matrimonio. La señora de López es una señora muy creyente. Entonces le dijo «bueno, si estás tan mal, andá a ver a la hermana Alba y hablá con ella. Si la Hermana te lo dice quizás te convenga hacer un retiro espiritual». Allí él le dice «comunicame con la Hermana Alba». Ella llama a la Hermana Alba y le dice «le voy a comunicar con José». Ahí es cuando ella escucha, sabe que la Hermana Alba y José acuerdan que José va a ir a verla para que le dé un consejo espiritual. En ese momento él le dice «me voy a hablar con la Hermana Alba. Voy a preparar un bolso porque por ahí me quedo». El se va a la habitación, ella se ocupa de sacar las cosas de la mesa y sube a la habitación y lo ve a él con el arma en la mano. Se asusta y le dice «José yo no sé lo que vos querés de tu vida pero yo sé lo que quiero de la mía» y se va, se va a la casa de la hija.

¿No ve dinero en los bolsos?

No, ella dice que ese dinero jamás lo ha visto en su casa. Se va y se instala en la casa de la hija.

¿Y cuándo se entera?

Ella se entera porque recibe a la mañana llamadas de amistades, de conocidos, ahí prende la televisión y se entera de todo.

¿Y qué hace?

Se reúne con sus hijas y habla con sus hijas. Para ella fue terrible.
Ella hace una llamada a las tres de la mañana para preguntarle si estaba bien.

¿Sabía ella que López usaba armas o que tenía armas?

Que usaba no. Sabía que tenía, sabía que en la casa estaba esa arma porque según dijo López la tenía registrada. La sorprendió que la haya tenido en la mano porque el arma estaba guardada.

¿Ella sabía que en más de una ocasión López había ido al monasterio?

Ella también ha ido al monasterio pero para ver a la Hermana Alba como consejera espiritual.

¿Va a volver a declarar?

Vamos a ver cuáles son las pruebas que se van a ir incorporando al expediente. Si técnicamente considero que es bueno que ella haga alguna aclaración va a pedir una ampliación de la indagatoria.

¿Con su trayectoria pensó alguna vez en dedicarse a la actividad privada, podría elegir casos, quizás gano más plata?

Me hice en la Justicia, terminé el secundario, empecé la universidad y comencé a trabajar en el Poder Judicial. No vengo de familia de abogados. Mi madre es una mujer luchadora y trabajadora porque mi papá murió cuando yo tenía 13 años. Viuda, trabajó toda su vida para mantenernos a mi hermana y a mí. Tenía una empresa que era de mi papá, ella siguió trabajando allí hasta que se jubiló. Así nos mantuvo a mi hermana y a mí, con mucho sacrificio porque era una mujer sola. Además era extranjera, no tenía familia acá, sólo la familia de mi papá. La familia de mi papá estuvo muy presente, mi mamá y yo vivíamos en la casa de mis abuelos paternos. Cuando mi papá murió, mi mamá tuvo que aprender a manejar la empresa.

Después de terminar la secundaria, estudiaba abogacía y trabajaba en la Justicia, es lo ideal. Amo la Justicia, me crié acá. Cuando me vaya de acá las personas que me conocen saben que tengo lo indispensable que me puede dar mi sueldo. No me cuestiono el hecho de que podría ganar muchísimo más, porque así como tengo mucha experiencia en la Justicia, no tengo experiencia de trabajar por mi cuenta, no sabría pedir plata. No sé cuánto sale una excarcelación o una eximición de prisión. Cuando una persona viene acá yo sé que la voy a defender sin preguntarle si me puede pagar. Cuando me jubile no voy a poner mi bufet porque no lo sé trabajar. Amo lo que hago y no me cuestiono si podría ganar mucho más si no trabajara acá.

La Justicia está muy cuestionada ¿qué le dice a la gente que piensa así?

Yo sé que este momento es muy difícil porque la gente ve solamente la Justicia Federal. Yo le diría que hay muchísimas personas en la Justicia -jueces, fiscales, defensores- que todavía aman lo que hacen y respetan lo que hacen, que aman la Justicia.

 

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