«Elaboramos 136 cruces, teniendo en cuenta que fueron 68 años de división territorial de cada parte, es decir, de Corea del Sur y Corea del Norte», escribió el mandatario en una nota que acompañó el regalo.
«Rezo devotamente para que esta cruz eche raíces profundas y florezca la paz», agregó el presidente asiático en la nota.
El papa alentó a Moon, diciendo que está dispuesto a «ir allí por la paz y para ayudar a todos ustedes si Corea del Norte envía una invitación», agregó el vocero presidencial Park Kyung-mee.
En las reunión con el Papa y con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, estuvo presente, según el Vaticano, «una particular asiduidad en la promoción del diálogo y la reconciliación entre los coreanos» de parte de la Iglesia.
«En este sentido, se comparte la esperanza de que el compromiso común y la buena voluntad favorezcan la paz y el desarrollo en la Península de Corea, sostenidos por la solidaridad y la fraternidad», agregó una nota oficial de la Santa Sede tras la reunión.
«Durante los cordiales coloquios se expresó complacencia por las buenas relaciones bilaterales y por la contribución positiva que la Iglesia católica ofrece a la sociedad, señalando una particular asiduidad en la promoción del diálogo y la reconciliación entre los coreanos», dijo el comunicado y siguió: «Las conversaciones también brindaron la oportunidad de intercambiar opiniones sobre una serie de temas relacionados con la actualidad regional y las emergencias humanitarias».