Piden que se prohíba un insecticida de alta toxicidad

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Fumigación. El endosulfán es utilizado como insecticida en sembradíos de soja, maiz, verduras y frutas (La Voz).

Río Tercero.

Diversas instituciones y sectores ligados al ámbito de la salud y del ambiente solicitaron al Gobierno nacional que en Argentina también quede prohibido el uso de un insecticida que ya no se permite en casi 80 países por su alta toxicidad: el endosulfán.

Días atrás se realizó una audiencia pública en la Cámara de Diputados de la Nación para discutir la posición de Argentina respecto a la actualización del Convenio de Estocolmo, que

se debatirá en Suiza a fines de este mes.

Ese convenio, del que Argentina fue firmante en el año 2001, aborda la eliminación de los productos tóxicos más riesgosos.

El endosulfán es un insecticida muy persistente, usado para cultivos de soja y maíz, pero también para frutas y verduras.

Medardo Avila Vásquez, do­cen­te de la Fa­cul­tad de Me­di­ci­na de la Uni­ver­si­dad de Cór­do­ba y miem­bro de la ONG Mé­di­cos de Pue­blos Fu­mi­ga­dos, asis­tió a esa au­dien­cia, en la que estuvieron presentes legisladores, agrónomos, ambientalistas, médicos de grupos de investigación en este rubro, además de representantes de cámaras de agroquímicos y de algunas entidades rurales.

Avila remarcó que “sólo faltaron representantes del Gobierno, porque no fue nadie de Cancillería, ni de Salud, ni de Ambiente”.

En una nota enviada al Gobierno nacional por varias instituciones relacionadas a la investigación de la relación salud-agroquímicos, se le solicitó esta semana que revise su posición en torno de este tema.

Compromiso. El convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes tiene como objetivo preservar la salud humana y el ambiente a partir de la prohibición o restricción de sustancias toxicas bioacumulables, altamente persistentes y con la posibilidad de traslado a grandes distancias.

En la próxima reunión de este conven

io, a realizarse en Suiza, se analizará la inclusión del endosulfán. Ello abre una luz de alerta sobre las exportaciones.

Entre los insecticidas, se asegura que es el de mayor uso en Argentina. Organizaciones ambientalistas calculan que se utilizan unos cinco millones de litros por año en el país. Desde los sectores que lo cuestionan, aseguran que donde se prohibió se concluyó que “es al­ta­men­te peligroso, puede pro­du­cir in­to­xi­ca­ción agu­da, tiene alto potencial de bioacumulación y de afectación de las hormonas sexuales”.

Una causa. Avila señaló que hasta ahora, de todos los países firmantes del convenio, sólo Argentina e India no manifestaron su predisposición a incluirlo en la lista de prohibidos.

Avi­la recordó que en Córdoba, tiem­po atrás, la Jus­ti­cia or­de­nó una in­ves­ti­ga­ción en la que se de­tec­tó la pre­sen­cia de endosulfán en fru­tas y ver­du­ras del Mer­ca­do de Abas­to de la 
ciu­dad.

Por esa cau­sa se imputó a las autoridades municipales.

En la clasificación de la EPA (agencia ambiental norteamericana) figura en la Categoría I que representa la de alta toxicidad.

En Argentina, en la clasificación del ente estatal Senasa, de las cuatro categorías de agroquímicos permitidos, está en la segunda (“altamente peligroso”) por lo que su aplicación no puede hacerse a menos de 500 metros de zonas habitadas.

Desde el comité científico de la ONU se instó a todos los países a que consideren su eliminación de la lista de permitidos.

El endosulfán es un insecticida que actúa como neurotóxico tanto para insectos como mamíferos y humanos.

Fuente: La Voz del Interior

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