Con el lema «Con Cristo Rey, Peregrinos de la Esperanza», este viernes dio inicio a la novena patronal en la parroquia Cristo Rey. En la ocasión, se rezó por el «Don de la Vida» ya que, como cada día 15, la celebración eucarística fue en honor a Nuestra Señora de la Dulce Espera.
El padre Tino Figueroa, estuvo a cargo de la celebración que se inició con la Mesa de la Vida en la que se presentaron símbolos del impacto de la guerra, la crisis climática, la pandemia, la dura situación económica y la representación del encuentro y abrazo entre María e Isabel como símbolo de esperanza. A ellas se sumaron otras mamás como fuentes de la vida y artesanas de la fraternidad y paz.
En su homilía, el padre Figueroa destacó: «Hoy iniciamos un camino, en esta novena parroquial con un lema que habla de ser ‘peregrino de la esperanza’ palabra última que refiere a la espera, el inicio de la vida. Esto nos propone sabernos encontrar en el camino, asumiendo que el creer es un don y llevar el mensaje es un compromiso con nuestro hermano».
Asimismo invitó a la comunidad a comprometerse y que esta fiesta no se rija tan solo en un programa lleno de actividades, en el hacer la celebración central y tirar las bombas. «Es necesario hacer el proceso y vivir cada momento descubriendo el verdadero mensaje de Cristo Rey».
Como cada mes, el sacerdote realizó la bendición de los bebés recién nacidos, las mamás embarazadas y las parejas que piden por la llegada de un hijo a sus hogares.
Finalmente, se presentó un testimonio de vida. El milagro de Aldana contado por su mamá Gabriela que encomendó la vida de la pequeña a Nuestra Señora de la Dulce Espera y logró su sanación. (Ver video con el testimonio)
«Mamás aferrence a Nuestra Señora de la Dulce Espera que es el camino más corto y seguro para llegar a Dios, pidan que él los escucha», señaló Gabriela.