Piñón Fijo: «Tengo un don que me lo regalan desde arriba»

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Desde aquellas inolvidables noches a la gorra, en la calle, en Villa Carlos Paz, ha pasado mucha agua debajo del puente que le posibilitó a Fabián Alberto Gómez convertirse por el esfuerzo, la búsqueda creativa y esa cosa mágica del destino en el payaso más emblemático del espectáculo argentino en los últimos 20 años.

En efecto, Piñón Fijo es, sin lugar a dudas, una de las figuras que se metió de lleno, televisión y teatro mediante, en el corazón de los pibes y también en el de sus respectivos padres.

Y, en definitiva, el protagonista de esta historia, aunque su bajo perfil se lo niegue, es mucho más que un clown en cuestión: su foja de servicios lo instala como un eficiente actor, mimo, cantautor, malabarista y saltimbanqui. Toda una proeza en el arte de generar el entretenimiento en la platea más exigente, a saber: los más pequeños.

“Le estoy muy agradecido a la vida ya que me brindó y me sigue dando hermosos desafíos. Estoy orgulloso de mi condición de artista callejero ya que, precisamente, la calle fue la que me instaló en el conocimiento, el oficio, como manejar una rutina y desenvolverme con el repentismo en el contacto directo con la gente”, le cuenta a DiarioShow.com.

“Me encanta conservar la imagen y el misterio de mi vestuario y maquillaje. Debido a ello es que a todo lugar que concurro lo hago con mi traje de Piñón. No es una estrategia especulativa, simplemente soy lo que soy y el público me identifica con este rol y lo agradece con variadas muestras de afecto y reconocimiento a mi trabajo”, sostiene con su cálido mensaje.

Una y otra vez, el artista advierte que “mi formación académica es la que me enseñó la propia calle, con sus dificultades, sus apremios y con sus alegrías. Soy autodidacta y, en este sentido, aprender siempre me costó el doble pero el triunfo del esfuerzo obtenido, de poder arrancar una risa a un chico, es una gratificación que se disfruta de manera especial. Seguramente es un don que nos regala el de arriba”.

En contraposición con aquella leyenda que sostiene que los payasos están rodeados de un halo triste y de existencia casi trágica, Piñón destaca que “esta circunstancia parece que forma parte de un mito que tiende más a la ficción que a otra cosa. Tengo mis preocupaciones y dolores de cabeza como cualquier hijo de vecino, no obstante mi vocación y mis ganas de dar todo lo que tengo arriba de un escenario pertenece a un estado de alegría que me toca en suerte transmitir. Y lo hago con mucha tenacidad”.

Admirador de Carlitos Balá, Pepe Biondi, el Capitán Piluso y José Marrone, el intérprete subraya que el humor “es mi herramienta fundamental. Me interesa el musical pero desde la perspectiva de mi personaje. Como actor, por ahora, no se me cruza por la cabeza encarar un personaje dramático, aunque uno nunca cierra puertas, sin embargo, por ahora, no me veo haciendo un personaje de Shakespeare”.

Fuente: diario show

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