Si consignamos aquí cuál fue el hecho político predominante durante esta semana seguramente coincidiremos en señalar que fue el tarifazo al servicio de transporte público de colectivos y trenes que abarata el costo de los viajes de los sectores más bajos de la pirámide social. Aquellos que sólo pueden acceder a un trabajo que queda tan lejos de sus casas que tienen que viajar entre dos y tres horas. Es decir, los más humildes.
Según datos presentados por el Ministerio que conduce Guillermo Dietrich –y que esta semana se llevó un aprobado de parte del equipo de discursos y comunicación de Presidencia por la conferencia en la que se anunció el aumento-, el universo de gente que será beneficiada por la Red SUBE está compuesto por el 45% de las personas que trabajan en servicio doméstico, el 33% de quienes cobran la AUH, el 33% de quienes cobran el Plan Progresar y el 31% de los jubilados y pensionados.
Ahora bien, si tenés la mala suerte de que tu trabajo te quede a sólo un viaje en subte de tu casa, el tarifazo es para vos, amigo de clase media de la Ciudad o el Conurbano. Total, la Ciudad es un territorio conquistado por el PRO.
Sin embargo, si inscribimos ese anuncio en el marco de los movimientos políticos que suceden en la provincia de Buenos Aires, podemos ver un plan, que es concreto y tiene que ver con los hipernombrados «problemas de la gente» pero también con el desafío más fuerte que tiene Cambiemos si quiere seguir en el poder en el 2019: conquistar el Conurbano bonaerense y -los más entusiastas agregan- desterrar para siempre el reinado del PJ bajo cuyas gestiones sólo se profundizaron las cifras de pobreza y postergación.
El plan está basado en cuestiones concretas. La más trascendente y ambiciosa es, sin lugar a dudas, la que comenzó a analizar con el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana (el que si te aprueba el Excel, zafaste) y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley. Consiste en urbanizar las seis villas más emblemáticas de la Provincia: Puerta de Hierro y San Petesburgo de La Matanza; Villa Itatí en Quilmes; Carlos Gardel de Morón y Costa Esperanza de San Martín.
Si bien todos reconocen que quieren llegar a los lugares adonde el Estado estuvo tan postergado, cerca de Vidal reconocen que mejorar la perfomance electoral en La Matanza, Quilmes y San Martín son objetivos políticos que cotizan y muy bien dentro del PRO.
Piensen ustedes que si este plan de urbanización e incorporación de las villas al resto de las localidades se concreta significaría un cambio para al menos 120 mil bonaerenses de los sectores más postergados.
¿Qué más?
– Vidal será la omnipresente figura en su provincia. Comenzó el 2 de enero cuando visitó Mar del Plata y Pinamar, adonde se mostró con el intendente del PRO más joven de la provincia, Martín Yeza. Pero en todo el año tiene decidido visitar –y en algunos casos más de una vez- cada uno de los 135 distritos del conurbano bonaerense. Algo que, dicen en su entorno, nunca hizo un gobernador bonaerense.
– Estar encima de las finanzas municipales para evitar girar fondos que se disipen en municipios llenos de empleados públicos y de calles de tierras y villas.
-¿Y el kirchnerismo?- preguntó esta cronista a un alto funcionario de la provincia. -¿Existe?- contestó.
Está claro que existe en los 3 millones de votos de la última elección y en el desfile de ex funcionarios presos en Ezeiza y Marcos Paz. Existe en la sincronía discursiva entre los diputados camporistas y los violentos de la Plaza de Los Dos Congresos el día de la aprobación de la reforma previsional.
Existe en la connivencia con los sindicalistas que andan en avión privado.
Es el escenario ideal para el PRO.
El PJ se dirime entre ser la alternativa de oposición que apoya la gobernabilidad, que propone en Diputados el bloque que comanda Diego Bossio y en el Senado el interbloque de Miguel Angel Pichetto, y el desafío de encontrar un nuevo líder… ¿o un nuevo esquema de conducción?
Demasiada dispersión mientras avanza como un tractor el plan de Cambiemos, denunciado por los nostálgicos kirchneristas como el «brutal ajuste macrista», pero que en realidad puede convertirse en la bomba que dinamite el poder de décadas del PJ en la Provincia que más pesa en la elección.