Pobreza estructural y elecciones: el plan del gobierno para llevar agua y cloacas a zonas críticas del conurbano

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El pasado jueves, el presidente Mauricio Macri reflotó uno de los conceptos que utilizó la propia gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal en el frenesí de la campaña electoral, cuando la estrategia la ubicaba como una «Heidi» que se enfrentaba a los «lobos», a los «barones» del conurbano. «En la provincia de los machotes, una mujer tuvo que venir a cambiar la historia», dijo el mandatario cuando presentó el servicio del SAME Metropolitano en el Estadio Único de La Plata.

Ambiciosa definición del Jefe de Estado. Para cambiar la historia, tanto Macri como Vidal deberán modificar una histórica deuda pendiente en la provincia de Buenos Aires, sobre todo en el conurbano, el área con más densidad poblacional de la provincia más poblada del país, algo que ni radicales ni peronistas pudieron o quisieron transformar en los últimos 40 años: la pobreza estructural que significa tener al 47% de sus habitantes sin agua corriente, y al 77% sin cloacas.

Según un relevamiento al que accedió Infobae de AySA, la empresa que tiene a su cargo el servicio en territorio porteño y en 17 municipios del Gran Buenos Aires, de los 10.6 millones de personas totales estimados a diciembre de 2015, 9.2 millones tienen agua, pero 1.4 millones no. Con relación a las cloacas, la carencia llega a 3.6 millones de personas. A esto se suma el déficit en los sistemas de tratamiento, algo que impacta directamente en la salud de los bonaerenses.

Pero la Provincia tiene un área todavía más crítica, donde todos los números caen a zonas de rojo o negativo, distritos en los que la ausencia del Estado duele, o en todo caso se huele. En Escobar, San Miguel, José C Paz. Malvinas Argentinas, Moreno, Merlo y Presidente Perón viven alrededor de 4.5 millones de personas, de las cuales sólo tienen un servicio -y deficitario- 1.5 millones de habitantes. El resto, olvidados y expuestos a todo tipo de contaminación.

¿Cómo revertir esta situación? «Nuestra meta es continuar con las obras de vivienda, agua, cloacas e infraestructura que ya venimos ejecutando con buen ritmo desde el año pasado.

Tuvimos que trabajar muy fuerte en algunas cuestiones, como por ejemplo, en la redeterminación de precios, pero gracias a eso pusimos en marcha muchas obras que estaban paralizadas en el conurbano. El desafío es continuar en ese camino», aseguró el ministro del Interior y Obras Públicas, Rogelio Frigerio, en diálogo con Infobae.

Y amplió: «El presidente Mauricio Macri ha dicho que uno de los principales objetivos es asegurar que el 100% de los argentinos tenga agua potable y que por lo menos el 75% tenga acceso a cloacas y plantas de saneamiento hacia el 2019. Esa meta obliga a trabajar con mucha energía y mucha productividad, porque cuando uno tiene acceso a las cloacas tiene acceso a la salud porque cuando se tiene acceso a bienes y servicios básicos como el agua potable y las cloacas la gente vive más, se enferma menos y eso también es una responsabilidad del Estado».

Planes y proyecto en un año electoral

El elogio de Macri hacia Vidal en La Plata no fue casual, fue la segunda defensa pública en una semana hacia la figura del PRO con más proyección en medio de un conflicto docente que lleva dos semanas y parece no tener en el corto plazo una resolución, y que gobierna el distrito que será el plebiscito del proyecto Cambiemos en las próximas elecciones. Un buen resultado, analizan desde Casa Rosada, garantiza pensar en Mauricio Macri presidente por 8 años.

Por eso, desde el Ejecutivo nacional se puso en marcha una batería de obras públicas. «Hoy tenemos en cartera más de 300 contratos en obras, de las cuales 160 ya están en marcha, casi 70 en proyecto de terminación, y el resto con contrato firmado, proceso de adjudicación y proceso de inicio. Tenemos para este año un plan de inversión de 16 mil millones de pesos», aseguró a Infobae el director general de AYSA, Martín Heinrich.

«Se trata del plan de inversiones más grande del mundo en agua y saneamiento», agregó el funcionario. El plan de obras incluye la planta Fiorito, que se proyecta terminar este año; planta Lanús (ya terminada), planta Hurlingham, obras del Margen Izquierdo del Riachuelo y emisario Capital, que están en licitación; planta Laferrere, planta el Jaguel y planta Presidente Perón (ampliación); emisario Berazategui y estación de Bombeo Berazategui; ampliación de las plantas Sudoeste; mejora en las plantas Catonas, Ferrari y Bella Vista. Y Se proyectan las plantas Pinazo, Merlo/Moreno y Escobar/Pilar.

Esta pobreza estructural tiene una explicación. «Cuando se habla de tarifas uno puede discutir (la cuestión de los aumentos que dispuso el Gobierno nacional), pero la realidad es que durante los 10 años anteriores lo que se cobraba era el 30% de lo operativo, ni hablar de inversión. Hubo una política muy errada respecto a los recursos y a hacer creer que regalar el servicio era gratis, porque lo que la gente no pagó o los subsidios que se derivaron eran para cubrir lo operativo y no para invertir en la extensión del servicio», graficó Heinrich.

«Cuando uno tiene acceso a las cloacas tiene acceso a la salud porque cuando se tiene acceso a bienes y servicios básicos como el agua potable y las cloacas la gente vive más, se enferma menos”, Rogelio Frigerio

Contexto nacional

Según la documentación técnica del Plan Nacional del Agua, que presentó Rogelio Frigerio a mediados del año pasado, se estima que 39,8 millones personas residen en áreas urbanas (2015), de las cuales el 87% tienen acceso a agua por red pública y el 58% a cloacas. El porcentaje del tratamiento de aguas se encuentra entre el 15 y el 20% de las aguas recolectadas. Así, a nivel nacional, hay 8,2 millones de personas sin agua de red y 8,9 millones de personas sin cloaca.

En lo que respecta al conurbano bonaerense, desde AYSA señalaron a este medio que el desafío de los próximos 6 años es «dar el servicio, agua y cloaca, al equivalente de la ciudad de Rosario por año. En el 2017 estimamos sumar a 800 mil personas».

Estos datos reflejan la pobreza estructural del país, y se suman, entre otras estadísticas, al informe que presentó en los primeros días de marzo el Observatorio de Deuda Social de la UCA. Desde fines de 2015, desde que Cambiemos y Mauricio Macri ocupan Casa Rosada, se sumaron 1,5 millones de nuevos pobres con lo que la cifra total alcanza los 13 millones. Esto es un 32,9% de la población. Cambiar la historia sería torcer esta tendencia, el resto es discurso, relato.

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