Un relevamiento dice que 8 de cada 10 vecinos, no les interesa la política partidaria, causa de un descontento extremo y creciente. Ahora bien, uno de los rasgos distintivos de la posmodernidad es la pérdida de influencia de los colectivo, las personas nos volvemos más independientes y el resultado es el desapego a las instituciones.
La política partidaria como herramienta de trabajo social es excelente, claro bien usada, ahora en manos inadecuadas se vuelve todo lo contrario, perjudicial e injusta.
También se dice que los representantes del pueblo son empleados del pueblo, sin embargo al día de hoy esto quedó solo en expresiones ya que pasaron de empleados a caudillos o patrones, la gente común no puede creer siempre en los mismos personajes que por costumbre ya llevan años en sus posiciones y siguen, cuando no pueden ser como tales, será su cónyuge o alguno de sus hijos, pero todo en familia, la herencia es la doctrina, no el cargo y eso observa el pueblo y se va alejando más y más. Ver siempre los mismos que saltan de un lugar a otro, ver gobiernos eternizarse durante décadas, ver como un político pasó de su bicicleta a una 4×4 último modelo, ver cómo pasan de ser vecinos del barrio a countryes, verlos en sus lujosas oficinas y comparar gente que no tiene una rancho, etc; es decir, diferencias sustanciales entre el vecino que pelea el día a día, para mantenerse y la otra parte pensando su futuro en las próximas elecciones.
Tantas contrariedades y falta de equidad vuelve escépticas y aleja expresiones que se basan en la fe (política). En este mundo contemporáneo, cada persona se preocupa de si mismo, solo molesta la intromisión en cuestiones económicas privadas, por ello el ciudadano postmoderno reacciona especialmente y en cierta forma se politizan cuando sienten que las políticas económicas afectan su patrimonio. Ahora la no intromisión en política por parte de la mayoría del pueblo es “papita pal loro” para los de siempre.
La pasividad puede tornarse en enojo, eso tal vez podría generar una nueva generación de interés en la política.
Pedro Martínez
Víctor H. Guardia
Conciencia Ambiental Tucumán