Cerca de 80 mil personas en un ambiente festivo participaron este sábado en Varsovia de la 19 edición de la Marcha del Orgullo Gay, que por primera vez sumó el respaldo y la participación del alcalde, Rafal Trzaskowski.
«Prometí en la campaña electoral que Varsovia será una ciudad abierta y tolerante, y así se hizo«, dijo el alcalde citado por la agencia ANSA, quien fue elegido en octubre pasado.
Trzaskowski, quien firmó la carta de derechos LGBT esta primavera y disparó durísimas críticas del Partido Conservador en el poder, destacó que «no todos tienen que seguir el Orgullo Gay, pero todos están obligados a respetar los derechos de las minorías».
Los participantes, muchos de ellos con las típicas banderas con los colores del arco iris, seguidos por camiones y otros medios de transporte equipados con plataformas para bailes y exposiciones, cruzaron el centro de la capital para llegar al Palacio de la Cultura en la fiesta final, que se extenderá por varios clubes nocturnos de la zona. También hubo una contra-manifestación pequeña pero ruidosa.
La policía intervino ante algunos enfrentamientos, que no pasaron a mayores.
Justo cuando el movimiento por los derechos LGBT en Polonia es objetivo de una campaña de odio, Varsovia albergó este sábado el mayor desfile del gay jamás visto en Europa Central y Oriental.
Al amparo de la tradición, diplomáticos estadounidenses, canadienses y otras naciones occidentales se unieron al desfile en nombre del derecho fundamental a la igualdad, reconocido en muchos países del mundo.
En los últimos meses, los funcionarios gubernamentales del partido de derecha se han opuesto a las demandas del movimiento de derechos LGBT sobre la educación sexual en nombre de la tolerancia, calificándolo de una amenaza para las familias y los niños.
En efecto, el líder del partido conservador Ley y Justicia, del cual es cofundador y ex primer ministro de Polonia, Jaroslaw Kaczynski, recientemente calificó al movimiento de derechos LGBT como «una importación extranjera, que amenaza la identidad de la nación».
Incluso, en las regiones más conservadoras del país, los consejos municipales han declarado a sus municipios «libres de LGBT».
En la víspera del desfile, un periodista de televisión pública, Rafal Ziemkiewicz, escribió en Twitter que «necesitamos separar a las personas LGBT» y agregó «no en el sentido literal, por supuesto, pero estas no son personas de buena voluntad o defensores de los derechos de cualquiera»
Y opinó que el movimiento LGBT es «una nueva mutación de los bolcheviques y nazis».
Infobae