Por el impacto de la crisis, más industrias y empresas constructoras adelantaron que habrá despidos

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La profundización de la crisis económica empeoró las perspectivas de trabajo en dos sectores clave: la construcción y la industria. De acuerdo a la última encuesta realizada por el Indec a empresarios de ambos rubros, una de cada tres empresas vinculadas a la industria y más de la mitad de las constructoras de obra pública prevé reducir su planta de personal hasta noviembre.

La construcción fue durante parte de 2016 y todo 2017 uno de los motores de la recuperación económica y como tal, uno de los sectores en que mayor cantidad de puestos de trabajo generó. Sin ir más lejos, durante el año pasado el sector incorporó a más de 42.000 trabajadores, principalmente de la mano de la obra pública.

Las nuevas condiciones económicas desde abril de este año obligaron al Gobierno nacional a anunciar sucesivos recortes en los gastos del Estado. El sector principal al que apuntaron fue, justamente, la obra pública. El fondeo de este tipo de gastos frenó y en el Presupuesto de 2019 ya se prevé un 15% menos de fondos para ese área, según estimaciones privadas.

Ese parate en el avance de distintos proyectos cambió las perspectivas de empleo para la construcción. Para las firmas que trabajan principalmente en obra pública ese cambio fue más marcado. Más de la mitad de esas empresas (56,5%) prevé disminuir su planta de personal. Para tener una referencia, antes del inicio de la corrida al dólar, a fines de abril, ese porcentaje era de 9,3%.

Fuentes de la Cámara de la Construcción explicaron ante TN.com.ar que «el sector tiene una dinámica de empleo muy fluido. Contrata rápido cuando sube la actividad y suspende rápido cuando discontinúa. Todo hace prever que la actividad va a bajar por el ajuste en obra pública para el año que viene».

¿Cuánto caerá el empleo del sector?, preguntó este medio. «Todo lo que disminuya la obra pública», respondieron desde Camarco. Para colmo, el esquema PPP en el cual los privados consiguen dinero y ejecutan los proyectos públicos cuentan con varias dificultades: «Las tasas para financiarse ya son impagables, y la banca privada externa no va a invertir hasta que queden claras las cuestiones legales de la causa de los cuadernos», afirmaron.

La industria es otro sector que sufre la coyuntura actual: con los últimos datos de agosto, ya son cuatro meses consecutivos de caída de la actividad. Las altas tasas de interés en pesos de la economía atentan contra las posibilidades de financiamiento para las compañías industriales, especialmente a las pymes.

La recesión traerá aparejada para la industria una caída de la demanda por el desplome del consumo. De hecho, seis de cada diez fábricas prevén que hasta noviembre disminuirá su actividad. Y como consecuencia de eso, casi un tercio de las empresas admiten que deberán achicar su dotación de personal en el corto plazo. En marzo, antes del inicio de la crisis cambiaria, la proporción era de una de cada diez.

El sector ladrillero comienza su etapa de producción en esta época del año. El lapso entre septiembre y abril son los más productivos por cuestiones climáticas. La mayoría de los trabajadores de este rubro son temporales y empleados de manera informal. El freno en la construcción de viviendas y de refacciones privadas frenó la labor en los hornos. El secretario general de la Unión Obrera Ladrillera (UOLRA), Luis Cáceres, resumió ante este medio que «donde el año pasado había diez empleados, este año hay cinco».

El Gobierno reunió este jueves a sindicalistas del sector para discutir salidas a la situación. El ministro de Producción y Empleo, Dante Sica, prometió ante un grupo de gremialistas industriales que se conformará una mesa de diálogo permanente junto a los empresarios para encontrar soluciones.

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