Daniel Scioli finalmente renunció a su banca como diputado nacional. Le costó hacerlo, porque sospechaba de la demora que estaba sufriendo su designación como embajador en la República Federativa de Brasil. Finalmente lo hizo, solo después de las críticas que sufrió por sentarse en su banca -y dar quórum- para que el Gobierno logre la media sanción al proyecto que redujo las jubilaciones de la justicia y el servicio exterior.
Pero los días pasan y su oficialización no aparece. La de él pero tampoco la de ninguno de los 12 que fueron propuestos por el Ejecutivo a la Comisión de Acuerdos del Senado y cuya aprobación lograron el 18 de febrero pasado. “Argentina está en emergencia, gastar un millón de dólares en traslados no es lo prioritario en este momento”, explican en Casa Rosada.
Se trata de Alberto Iribarne (Uruguay), Sergio Uribarri (Israel), Carlos Raimundi (OEA), Domingo Peppo (Paraguay), Alfredo Atanasof (Bulgaria), Mario Kestelboim (Mercosur), Rodolfo Gil (Portugal), Carlos “Chacho” Alvarez (Perú), Fernando “Pino” Solanas (UNESCO), Carlos Tomada (México), además de la Scioli (Brasil) y Jorge Argüello (Estados Unidos).
En este último caso, el embajador argentino aprovechó que Donald Trump tenía una jornada dedicada a recibir cartas credenciales de los nuevos embajadores en su país y logró una designación “en comisión” aún antes de ser convocado por la Comisión de Acuerdos. La ocasión fue oportuna, porque el presidente norteamericano le mandó un mensaje para Alberto Fernández, muy bien recibido en momentos en que la Argentina necesita el respaldo del principal accionista en el FMI para alcanzar un nuevo acuerdo por la deuda externa.
Pocos días después del aval del Senado, Argüello volvió a Washington para aportar desde allí en las cruciales negociaciones para nuestro país. Sin embargo, como aún no salió su designación oficial sigue sin los gastos de traslado, lo que todavía le impide viajar con su familia, lo que en su entorno se considera razonable dada la situación crítica que se vive en el país.
Los demás embajadores artículo 5º (los que designa el PEN por fuera de los que hicieron la carrera de Servicio Exterior, por lo que también se los llama embajadores «políticos”), siguen en Buenos Aires, y hay quienes temen que sea por mucho más tiempo.
Sucede que la designación conlleva los gastos de traslado, un promedio de 50 mil dólares por embajador, lo que supone medio millón de dólares solo para la mudanza de solo 10 embajadores, que debería ampliarse si se amplían las nominaciones pendientes, como la del embajador en Londres, en París, en Bogotá, entre otros destinos que siguen sin representación en el máximo cargo. En el caso de Moscú, ya se anunció que la embajadora será Alicia Castro, pero todavía no fue convocada siquiera al Senado. Si se cumpliera con toda la plantilla, los gastos superarían el millón de dólares, en forma estimada.
“Si no hay plata para insumos elementales en los Ministerios, parece muy justificada esta demora”, explicó un vocero de la Casa Rosada. Y agregó que “Argüello fue designado ‘en comisión’ porque es clave en la política que decidió el Presidente, donde la resolución del problema con la deuda es prioridad”.
Hasta ahora, solo se efectivizaron las designaciones de las embajadoras María del Carmen Squeff a las Naciones Unidas y de María Fernanda Silva. “Son funcionarias de la carrera diplomática, lo que facilita los trámites, además de mujeres a las que el Presidente quería dar un mensaje de respaldo por el Día Internacional de la Mujer”, se explicó. En efecto, las designaciones de ambas aparecieron en el Boletín Oficial el viernes 6 de marzo.