Por qué hay que incorporar la soja en la dieta de las mujeres

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Crédito: Shutterstock
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Una dieta rica en proteínas de soja puede proteger a las mujeres con menopausia ante el debilitamiento de los huesos y la osteoporosis, según los resultados preliminares de un estudio presentado en la conferencia anual de la Sociedad de Endocrinología celebrada en Edimburgo.

Para realizar el estudio, investigadores de la universidad británica de Hull le brindaron a 200 mujeres en las primera fases de la menopausia un suplemento diario de proteínas de soja con 66 miligramos de isoflavonas, lo que promedió un suplemento de proteínas de soja durante seis meses. En ese tiempo, los investigadores se centraron en los cambios en la actividad de los huesos de las mujeres para lo que midieron dos de las proteínas presentes en la sangre: la betaCTX y la P1NP.
«La soja, en nuestra alimentación, es considerar un ‘alimento funcional’. Esto significa que son aquellos alimentos que incluyen un componente que proporciona un beneficio fisiológico específico, además del puramente nutricional. Suponen una mejora del estado de salud tanto a nivel de la prevención, como en el tratamiento de enfermedades», explicó la licenciada en Nutrición Antonela de Lamo (MN 8.226) a Infobae.
Estos beneficios fisiológicos se la han atribuido sobre distintos trastornos, especialmente ligados a la menopausia, precisamente a la pérdida de masa ósea que ocurre como consecuencia de la disminución de los niveles de estrógenos durante la menopausia, y que condiciona la aparición de la osteoporosis. «Es un trastorno común en la población a partir de cierta edad, que supone una disminución importante en la masa ósea», dijo de Lamo.
Las mujeres que habían recibido en su dieta soja con isoflavonas registraban unos niveles más bajos de betaCTX que aquellas que sólo había tomado soja, lo que sugiere el riesgo de desarrollar osteoporosis. «Hemos encontrado que la proteína de soja y las isoflavonas son un opción eficaz para mejorar la salud de los huesos de las mujeres durante la menopausia», explicó el director del estudio, Thozhukat Sathyapalan.
Los fitoestrógenos de la soja podrían mimetizar los efectos de los estrógenos que no se producen a partir de la menopausia; podrían ser una forma natural de atenuar los sofocos y otras molestias de las mujeres en esa etapa y a su vez estimulan la actividad osteoblastica, evitando la debilidad de nuestros huesos a edades tempranas. También muy importante por sus grandes beneficios en el aspecto lipidico, ya que favorecen a la disminución de los triglicéridos, mantenimiento de los niveles de HDL, lo que puede reducir el riesgo de enfermedad coronaria.
El daño de la osteoporosis se desarrolla con mayor rapidez en las mujeres en los años posteriores a la menopausia, cuando producen menos estrógenos, que son los encargados de oficiar como protectores contra la pérdida de hueso. Los alimentos de soja contienen un componente conocido como isoflavonas cuya estructura es similar a la de los estrógenos que podrían proteger a la mujer frente a la osteoporosis al simular la acción de los estrógenos.
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Los 66 miligramos de isoflavonas que se usaron en el estudio son el equivalente a comer una dieta oriental, que es rica en alimentos de soja. Mientras que en la dieta occidental hay una media de entre 2 y 15 miligramos. «Añadir isoflavonas a nuestra dieta puede llevar a un significativo descenso del número de personas que son diagnosticadas de osteoporosis», explicó el director del estudio.

Los investigadores quieren ahora analizar las consecuencias a largo plazo para la salud de usar suplementos de proteína de soja e isoflavonas y si puede tener beneficios más allá de la salud de los huesos.

Contenido nutricional de la soja

  • Hidratos de carbono: 23,5 por ciento de su composición aproximadamente.
  • Proteínas: de alto valor biológico, 37 por ciento de su composición. Una de las proporciones más altas en proteínas del reino vegetal que, además, contiene los 8 aminoácidos esenciales.
  • Lípidos: 2 a 3 por ciento de fosfolípidos, especialmente lecitina y ácidos grasos poli insaturados (omega 3 y 6). No tiene colesterol ni grasas saturadas.
  • Fibra: 12 por ciento.
  • Vitaminas, A, D, C, E, K y varias del grupo B.
  • Minerales, zinc, calcio, potasio y fósforo.
  • Fitoestrógenos e isoflavonas: estas últimas son las sustancias que le confieren sus características especiales, una clase de fitoestrógenos -estructuralmente similares a los estrógenos- y que se comportan como estrógenos débiles en el cuerpo humano.
  • Fuente: Infobae

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