El Gobierno logró frenar por unos días el aumento en los combustibles que viene impulsado por el alza en el precio internacional del petróleo y la devaluación del peso. Según los trascendidos, se abrió un paréntesis hasta el viernes, pero como hay conversaciones entre el ministro Juan José Aranguren y las empresas, el plazo podría terminar acortándose si no se visualizan alternativas.
En los últimos días, circulan versiones de subas que van desde el 14 al 20%, aunque los números hasta el viernes indicarían que el incremento no tendría que superar un 8%. De todas formas, se trata de un salto grande sobre todo por el impacto en el transporte de las mercaderías y por el efecto demostración que tienen los combustibles, por el cual los demás productos tienden a igualar o superar la suba.
Por eso, se afirma que el Gobierno procura acotarlo a un 5% este mes, en principio con la
idea de que los valores del crudo y del dólar van a estabilizarse y lo que reste para trasladar al público, se podría repartir en los meses siguientes. Otra alternativa, mucho menos creíble con los problemas que hay en las cuentas públicas, es que Hacienda acepte no aplicar el ajuste por inflación que corresponde hacer en junio sobre el impuesto a los combustibles, lo que dejaría espacio para la segunda cuota del aumento por parte de las petroleras.
Valores
Un dato cierto es que las empresas también quieren esperar para ver en qué nivel queda el dólar en estos primeros días luego de las medidas tomadas por el BCRA.
Con los datos al viernes, el tipo de cambio se encareció un 8,7% con relación al 4 de abril, el día previo a la última suba en los surtidores. En tanto, el barril del Brent, de referencia en la Argentina, cerró el viernes a u$s74,87, lo que significa un 10% más que el valor de cierre del 4 de abril.
Esto implica que el petróleo tuvo un ajuste en pesos de casi el 20% entre las mismas fechas. Pero hay otros costos en la refinación que no están dolarizados y que no evolucionan como el petróleo, empezando por los salarios, el impuesto sobre los combustibles que este mes no se modifica, y los márgenes de comercialización. Por eso, se puede estimar que el aumento al público debería ubicarse en torno a un 8%.
Lo que se descarta es que el Gobierno intente en este momento un cambio en la liberación del mercado que está vigente desde octubre. Además de las razones políticas, están en curso procesos de transferencia en refinación que podrían verse afectados, como la venta de Shell a la brasileña Raízen, o las negociaciones de Trafigura para quedarse con los activos de Pampa Energía y de Oil.
Por su parte, YPF sería la primera en verse afectada por cualquier modificación debido al endeudamiento que tiene, las mayores tasas que tendrá que pagar, y la desvalorización de la acción que ya se está registrando en las últimas semanas, aun con el crudo en alza. Este viernes, la acción en Nueva York cerró a u$s19,80, un 14% menos que el mejor cierre registrado en abril, y casi un 25% menos que la cotización del 24 de enero, que fue la más alta del año a u$s 26,27.
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