Un miembro de la familia del último Káiser de la Alemania Imperial se suicidó arrojándose desde la terraza del piso 21 de un hotel de lujo. Su cuerpo sin vida fue encontrado a los pies del lujoso Hotel Intercontinental de la ciudad alemana de Frankfurt y la policía, que investiga el caso, ya descartó que se tratara de un accidente o de un homicidio.
Se trata de Karl Patrick Godehard, príncipe de Hohenzollern. El aristócrata alemán, de 39 años, acababa de salir de una cárcel a unos 100 kilómetros de Frankfurt, tras cumplir una condena de 4 años, informó el periódico alemán Bild.
El príncipe estaba cumpliendo su sentencia en Euskirchen y debía ser liberado en julio. Sin embargo, se le permitió salir anticipadamente de la cárcel como parte de los preparativos para la libertad y condujo 150 kilómetros a Frankfurt el viernes por la mañana. El mismo día, a las 14,40 horas, murió instantáneamente al estrellarse contra el suelo.
Karl era hijo de un famoso coleccionista de arte, el príncipe Godehard von Hohenzollern. Nacido en Múnich en 1978, creció en el castillo Burg Namedy y heredó una fortuna multimillonaria, proveniente tanto de la fabulosa colección de su padre como de la herencia dinástica. La dinastía Hohenzollern reinó en Alemania durante 900 años hasta la caída del Reich en 1918.
Cuando tenía 28 años, el príncipe Karl se asoció con un empresario para establecer “Hohenzollern Communications” en Hamburgo, una compañía que pretendía promocionar marcas de lujo en Alemania. En ese momento, el príncipe explicó en una entrevista: «Disfrutar de un cierto lujo, independientemente del nivel de ingresos, es lo opuesto a las preocupaciones diarias».
Pero la fortuna se desperdició y el príncipe cayó en la criminalidad. En 2011, fue condenado a cuatro meses de libertad condicional por no pagar una deuda pendiente y en 2014, recibió la pena de cuatro años de prisión por negociar con fondos de inversión multimillonarios que no existían, informó la revista alemana Bunte.
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