Provincias: advierten que las universidades no ofrecen las carreras que demanda el mercado laboral

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Los jóvenes universitarios argentinos no están estudiando las carreras que demandan los sectores productivos en el país. Aunque persiste la necesidad de ingenieros y enfermeros a nivel nacional, tras un informe del Ministerio de Educación se puede detectar las necesidades puntales de cada región como especialistas en turismo y energías renovables en el norte y geólogos en el sur.

«Faltan médicos en Santiago del Estero, licenciados en turismo en Jujuy y enfermeros en todo el país», aseguró el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, al presentar el informe titulado «Áreas de vacancia: vinculación, pertinencia y planificación del sistema universitario». Tras la lectura del estudio queda claro que es necesario reorientar las ofertas académicas a las necesidades específicas de cada provincia. El déficit más fuerte persiste en la formación en tecnología y salud.

El trabajo fue efectuado mediante el cruce de datos del INDEC, el Ministerio de Hacienda, la Secretaría de Políticas Universitarias y el Instituto Nacional de Educación Técnica (INET), relevó las áreas de vacancia en la Argentina para lo cual dividió al territorio en siete regiones.

A nivel nacional, el relevamiento destacó que el 20% de los estudiantes universitarios se agrupa en carreras relacionadas con la salud; el 18% en administración y comercio; el 14% en producción, diseño y construcciones; el 11% en derecho, y el 10% en docencia y educación.

Es más, solo el 4% sigue carreras relacionadas con la tecnología de la información y la comunicación; el 2%, sobre física y matemáticas; el 1% sobre servicios turísticos y hoteleros, y el 1% sobre recursos naturales y medioambiente.

Las encargadas de presentaron el informe aseguraron que aunque persiste la tendencia hacia las carreras tradicionales existe mucho de mito al respecto. Sin embargo el problema real es virar las carreras a lo que necesita cada provincia.

Por ello, el ministro resaltó que «hay áreas de vacancia enorme de carreras que se necesitan» pero el sistema sigue «graduando profesionales en algunas que no se necesitan», y puso como ejemplo que no hay «una carrera de producción marítima» en un país con un litoral marítimo tan extenso.

Recalcó que en Mar del Plata hay una carrera de oceanografía, pero «para ser Jaques Custeau (en alusión al desaparecido documentalista francés) y los jóvenes tiene que emigrar muchas veces para trabajar para graficar el desfasaje que se presenta.

«Nosotros no imponemos nada, vamos con la información como herramienta para hablar con las universidades y las jurisdicciones», advirtió por su parte Dania Tavela, secretaria de Políticas Universitarias quien presentó el informe junto a Magalí Catino, Secretaría Ejecutiva de los Consejos de Planificación de la Educación Superior.

La primera etapa de la investigación apuntó al sector productivo, realizado con datos de las carreras de las universidades y del Ministerio de la Producción. En una próxima etapa, a partir del segundo semestre, se analizará las necesidades socioculturales de las regiones.

• Datos por regiones

En el trabajo se plantea como una herramienta para la planificación universitaria y se destacó que se trata de una «foto» de la situación actual y no de un diagnóstico. Para la realización se dividió al país en 7 regiones: Metropolitana, Bonaerense, Centro, Nuevo Cuyo, Noreste, Noroeste y Sur y se estableció qué necesidades productivas hay en cada región y qué tipo de profesionales van a requerir. Para ello se formó un Consejo de Planificación Regional de Educación Superior (Cpres) que recorrió el país y realizó el cruce de datos.

En la región Metropolitana, conformada por la Ciudad de Buenos Aires, partidos del conurbano bonaerense y otros cercanos, el 25% del empleo se concentra en diseño y construcción, pero solo el 12% de los estudiantes sigue esas carreras. En el resto de la provincia de Buenos Aires esta relación es de 27 a 10; en las provincias Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe es de 28 a 14; en el noroeste, de 26 a 11, y en las provincias del sur, de 31 a 13, con el agregado de que aquí se suman necesidades de formación en áreas de minería y petróleo.

En el área de formación agropecuaria, alimentos y salud animal, las diferencias entre las necesidades de las empresas y los estudiantes que siguen esas carreras es menor, aunque una de las más afectadas es la provincia de Buenos Aires, que tiene complejos productivos relevantes respecto a esta actividad.

En las provincias de Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe «existen grandes sectores industriales que vuelven necesaria la capacitación en gestión ambiental», destacó la cartera, pero solo el 1% de las ofertas académicas se refiere a esta área, mientras que igual porcentaje sigue carreras vinculadas al turismo y la gastronomía.

En el sur del país, apenas el 4% de estudiantes sigue carreras vinculadas al turismo y a la hotelería pese a que esta actividad tiene una importancia considerable en la zona.

El ministro de Eduación, Alejandro Finocchiaro, junto a Dania Tavela, secretaria de Políticas Universitarias y Magalí Catino, Secretaría Ejecutiva de los Consejos de Planificación de la Educación Superior.

Tavela advirtió que en enfoque del estudio «no es sobre las carreras, sino sobre los conocimientos»,mientras que admitió la existencia de resistencias en universidades y autoridades jurisdiccionales, que por ejemplo quieren conservar carreras tradicionales.

Además que las primeras regiones que parecen aprovechar la información sobre las vacancias o falencias en la oferta educativa son las del NOA y el NEA donde comenzaron ofertar la carrera de turismo y una relacionada con energías renovables.

En cuanto a los incentivos a los estudiantes de carreras estratégicas, la funcionaria explicó que continuarán, pero advirtió que «no todos los incentivos pasan por los fondos que se inyecten». En línea rescató el trabajo que se hace con las Becas Progresar que se destinan más fondos en los últimos años para los alumnos que estudien carreras prioritarias.

Por último, el Ministerio de Educación informó que, en promedio, los estudiantes tarda 1,6 años más en terminar una carrera y las universidades privadas «tienen mejores tasas de cantidad de graduados porque también absorben lo que se van a de la educación pública».

Diego González/Ámbito

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