El presidente ruso, Vladimir Putin, admitió este jueves que no sabe cuándo logrará su ejército repeler a las fuerzas ucranianas en la región rusa de Kursk, de la que controlan una pequeña parte desde agosto.
“Los combates son complicados por lo que pronosticar el futuro es difícil y falto de sentido”, agregó el jefe del Kremlin, quien aprovechó los primeros minutos de su intervención para mostrar al público el estandarte que le regaló una de las brigadas aerotransportadas que combate en Ucrania.
Al mismo tiempo, Putin afirmó que la situación en el frente está cambiando “radicalmente” y las tropas rusas conquistan “kilómetros cuadrados” diariamente.
“Estamos avanzando hacia la resolución de los objetivos principales que nos fijamos al inicio de la operación militar especial”, dijo Putin, utilizando el término ruso para referirse al conflicto.
“Nuestros hombres están luchando heroicamente. Las capacidades de las fuerzas armadas están creciendo”.
El ejército de Moscú avanzó en noviembre a su ritmo más rápido en el este de Ucrania desde el primer mes de su ataque de 2022.
Dispuesto a conversar con Trump “en cualquier momento”
En otra parte de la conferencia, Putin dijo que estaba dispuesto a mantener conversaciones “en cualquier momento” con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha pregonado su capacidad para alcanzar un acuerdo de paz en Ucrania a las pocas horas de llegar al poder.
Trump, que volverá a la Casa Blanca en enero, ha avivado en Kiev el temor a que pueda obligar a Ucrania a aceptar la paz en condiciones favorables a Moscú.
Preguntado por las insinuaciones de Trump sobre un posible acuerdo de paz, Putin dijo que vería con buenos ojos una reunión con el republicano entrante.
“No sé cuándo voy a verlo. No dice nada al respecto. Hace más de cuatro años que no hablo con él. Estoy preparado para ello, por supuesto. En cualquier momento», dijo Putin.
“Si alguna vez tenemos una reunión con el presidente electo Trump, estoy seguro de que tendremos mucho de qué hablar”, dijo, añadiendo que Rusia estaba dispuesta a “negociaciones y compromisos”.
El Kremlin acogió recientemente con satisfacción las duras críticas de Trump a la decisión del presidente Joe Biden de permitir a Kiev el uso de misiles suministrados por EE.UU. para atacar territorio ruso, una escalada importante en el conflicto de casi tres años.
Los problemas económicos de Rusia
Putin, de 72 años, también fue preguntado por las dificultades económicas a las que se enfrenta Rusia: las consecuencias de un enorme aumento del gasto militar y la gran escasez de mano de obra provocada por el conflicto.
Insistió en que la situación es “estable, a pesar de las amenazas externas”, citando el bajo desempleo y el crecimiento industrial.
Preguntado por el aumento de la inflación, Putin afirmó que “la inflación es una señal preocupante” y que las subidas de precios de alimentos como la mantequilla y la carne son “desagradables”.
Reconoció que las sanciones occidentales también eran un factor – “aunque no tienen una importancia clave”- y criticó al Banco Central diciendo que debería haber tomado medidas más allá de subir los tipos para bajar la inflación.
Amenaza de volver a usar el misil Oreshnik
Putin pareció repetir su amenaza de atacar Kiev con el nuevo misil balístico hipersónico ruso, apodado Oreshnik.
A la pregunta de un periodista militar de si el arma tenía algún defecto, Putin sugirió un “duelo de alta tecnología” entre Occidente y Rusia para poner a prueba sus afirmaciones de que es impermeable a las defensas aéreas.
“Que fijen un objetivo, digamos Kiev. Allí concentrarán todas sus defensas aéreas. Y nosotros lanzaremos allí un ataque Oreshnik y veremos qué pasa”, propuso Putin.
Putin también calificó de “terrorismo” el asesinato de un alto general del ejército ruso en un descarado atentado perpetrado en Moscú dos días antes, en sus primeros comentarios sobre el ataque.
Igor Kirilov, jefe de la unidad de armas químicas del ejército ruso, fue asesinado por una bomba colocada en una scooter frente a un bloque de viviendas en Moscú, el asesinato más audaz reivindicado por Kiev desde el inicio del conflicto.
Assad y la crisis en Siria
En sus primeras declaraciones públicas desde la caída del ex presidente sirio Bashar al-Assad, Putin rechazó las afirmaciones de que su derrocamiento fuera una “derrota” para Rusia.
“Se intenta presentar lo que ocurrió en Siria como una derrota para Rusia. Les aseguro que no es así”, declaró el presidente ruso durante su gran rueda de prensa anual.
Consideró que el ejército ruso, movilizado en Siria desde 2015, ha alcanzado su “objetivo” en ese país.
“Fuimos a Siria hace diez años para evitar que se creara allí un enclave terrorista, como en Afganistán. En su conjunto, logramos nuestro objetivo”, afirmó.
Rusia envió tropas a Siria en 2015 para ayudar a las fuerzas de Bashar al Assad a recuperar gran parte del territorio perdido desde el inicio de la guerra civil, que comenzó en 2011 con la brutal represión de manifestaciones prodemocracia.
El 8 de diciembre, Al Assad fue derrocado por una coalición rebelde liderada por los islamistas del grupo Hayah Tahrir al Sham (HTS), que lanzaron una ofensiva relámpago el 27 de septiembre contra el poder.
Tras su caída, al Assad huyó a Rusia junto a su familia, confirmaron las autoridades de Moscú.
Este jueves, Putin aseguró que no lo ha visto desde que llegó a Rusia a principios de mes.
“Todavía no he visto al presidente Al Assad desde que llegó a Moscú pero tengo intención de hacerlo. Por supuesto que hablaré con él”, declaró, respondiendo a un periodista estadounidense.
(con información de AFP y EFE)
Fuente Infobae