Quiso tomarse una selfie y se lo “tragó” una nube de espuma tóxica

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Un hombre identificado como Juan Ignacio Mendoza Aguirre, bajó de su automóvil para tomarse una «selfie» junto a una montaña de espuma tóxicaque se formó en la presa de Valsequillo, Puebla, pero cayó y se perdió entre la espuma. Su cuerpo fue encontrado cinco días después y logró ser identificado gracias a que traía consigo su credencial de elector.

La enorme nube de espuma, que actualmente supera los seis metros de altura y un kilómetro de largo, contiene grandes cantidades de químicos como plomo, cadmio, cobre, fósforo, nitrógeno, detergentes, plaguicidas, solventes, pinturas, así como materia orgánica y aceite automotriz, que son eliminados a través de los desagües de Puebla y llegan hasta los caudales del sector.

Tras darse a conocer la desaparición de Juan Ignacio, los equipos de emergencia usaron mangueras contra incendios y un ventilador gigante para intentar dispersar la enorme y espesa nube.

Primero localizaron el vehículo en el que viajaba la víctima, pero fue hasta cuatro días después que su cuerpo fue encontrado gracias a que los vecinos del poblado de Tecamachalco, casi 50 kilómetros más abajo de donde él cayó, avisaron a las autoridades que había un cadáver en el agua.

El grupo ambientalista «Dale la Cara al Atoyac», el cual combate la contaminación en la cuenca del río, dijo que no es la primera vez que se forman montañas de espuma.
Mediante sus cuentas en Facebook e Instagram, el grupo distribuyó fotografías de formaciones similares en 2015, e indicó que una persona que paseaba a su perro lo perdió en el cúmulo de burbujas ese año.

La asociación solicitó a las autoridades correspondientes y a la comunidad, tomar consciencia y empezar a generar un cambio por el medio ambiente.

La situación se ha vuelto alarmante, ya que la espuma llega a los campos de cultivo de la región de Tecamachalco, y el agua de la Presa sirve para regar unas mil hectáreas de siembras en 17 municipios, entre ellos, Tecamachalco, Quecholac, Acatzingo y Palmar de Bravo, todos en Puebla.

Biólogos aseguran tener información de la existencia de espuma tóxica desde los años noventa, situación que se presenta también en el río Nexapa, cuya agua es utilizada para regar campos en otro municipio poblano.

Sacarse una «selfie» es una costumbre que se impuso desde que se integraron las cámaras frontales en los teléfonos celulares.

Así es que después de volverse una sensación global, las selfies -también- se tornaron peligrosas: en los últimos años mataron cinco veces más personas que los ataques de tiburón.

De acuerdo con una publicación del Journal of Family Medecine and Primary Care, entre octubre de 2011 y noviembre de 2017, al menos 259 personas murieron sacándose selfies en diferentes lugares del mundo, cifra que quintuplica los 50 fallecidos por ataques de tiburón en el mismo período y la tendencia va en aumento.

Y aunque las mujeres sean las que más selfies se toman, son hombres jóvenes, con predisposición a comportamientos de riesgo, los que integran tres cuartas partes de las estadísticas mortales. Mueren en choques, ahogamientos, caídas o accidentes con armas de fuego.

India, con sus 800 millones de celulares, tiene el récord mundial en muertes por selfie en este período, con 159 decesos, más de la mitad del total. Le siguen Rusia, los Estados Unidos y Pakistán.

El hecho de que tantos jóvenes en India murieran atropellados por un tren o ahogados luego de que su embarcación se hundiese al momento de tomarse una foto, llevó al país a establecer «zonas libres de selfies», dieciséis de ellas en Bombay.

Rusia, en tanto, sumó 16 muertes en el mismo período. En busca de la selfie perfecta, ciudadanos rusos murieron al caer de puentes, edificios altos o disparándose a sí mismos, por lo que en 2015, la policía rusa publicó un guía de «selfies sin peligro», en la que advertía a la población que «una selfie llamativa puede costarte la vida».

En los Estados Unidos, con 14 muertos en los años revisados por la publicación, se registraron la mayor parte de las selfies mortales por accidentes con armas de fuego. El parque nacional del Gran Cañón del Colorado fue escenario de varias tragedias con turistas que cayeron al vacío al tratar de autorretratarse.

En las montañas de Croacia, los equipos de socorro urgieron a los turistas en Twitter a «parar de tomarse selfies estúpidas y peligrosas», luego de que un canadiense sobreviviera de forma milagrosa a una caída de 75 metros en la región de los lagos de Plitvice.

Tal vez una de las muertes más conocidas y que más consternación ha dejado, es la de Gigi Wu, una celebridad de las redes sociales en Taiwán conocida por escalar montañas y posar en biquini en las cumbres, que murió al caer en un barranco durante una escalada en su país natal.

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