Tras la derrota frente a Estudiantes, Racing recibió a Newell`s con la obligación de ganar para no ceder terreno en los puestos más codiciados de la tabla de posiciones del campeonato doméstico. Como el Pincha había empatado con River en el turno anterior, los de Avellaneda querían aprovechar para recortar distancias, aunque enfrente estaba el único escolta que también pretendía sumar de a tres en el Presidente Perón.
El espectáculo de ida y vuelta fue para cualquiera, dado que la experiencia de los atacantes del elenco rosarino intentaba capitalizar los constantes descuidos defensivos bonaerenses. En cambio, los dueños de casa amenazaban con la llegada del gol gracias a la jerarquía de sus delanteros.
Recién a los 40 del primer tiempo los de Ricardo Zielinskiconsiguieron abrir el marcador. Un pase profundo de Diego González le permitió a Gustavo Bou festejar el 1 a 0. Los reclamos rojinegros por un presunto fuera de juego fueron ignorados por Germán Delfino y la fiesta explotó en el Cilindro.
Así, cuando el malestar empezaba a sobrevolar el estadio, Óscar Romero se asoció con la Pantera y el de Concordiavolvió a poner a Racing en ventaja. El descanso llegó en el momento justo, pero todavía quedaba el complemento para mantener el triunfo.
En el segundo capítulo Newell´s arrinconó a Racing y la visión de Maxi Rodríguez, junto con las asistencias de Formica y la velocidad Joel Amoroso, complicó a la última línea local. Además, las dudas de Agustín Orion aumentaban el nivel de nerviosismo en el duro compromiso vespertino.
El ingreso de Mauricio Tevez le dio otro aire al ataque santafesino y en una de sus primeras intervenciones buscó a Formica para que el virtuoso mediocampista imponga el 2 a 2. Sólo por el grosero error arbitral, los albicelestes continuaron con la victoria, dado que el autor del tanto estaba perfectamente habilitado. El asistente Lucas Germanotta fue el responsable de que se anule la conquista.
Del mismo modo que con Arsenal, Racing ganó sin convencer. La continua amenaza del gol ajeno y la impericia para cerrar los partidos definen a un equipo que descree de su entrenador. Cuando el mensaje del líder no llega, difícilmente se pueda pelear un campeonato.
Fernando Taveira/infobae.com