Llegan espantados a Buenos Aires escapando como pueden del régimen de Nicolás Maduro. Trabajan en restaurantes, supermercados o en lo que sea. Se los ve felices y a gusto en el país. Y los datos hablan por sí mismos: la ola inmigratoria de venezolanos en la Argentina creció en 1.600% en los últimos cinco años y hoy se ubica en el tercer puesto de inmigrantes extranjeros que llegan a la Argentina después de los paraguayos y los bolivianos.
Según datos de la Dirección de Migraciones a los que accedió Infobae, en 2012 se habían otorgado 1.900 residencias, mientras que en el 2017 se superaron las 31.000 radicaciones de venezolanos; es decir, más del 1.600% de incremento de este flujo migratorio. Y si se compara el 2016 (12.859 radicaciones de venezolanos) con 2017 (31.167), el crecimiento fue del 142 por ciento.
«Aquí en la Argentina nos recibieron de maravillas. No nos podemos quejar: tenemos de todo. Alimentos, trabajo y buena atención sanitaria. Esto es un paraíso comparado con la dictadura que vivimos en Venezuela», comenta a Infobae Nadia Suárez, una venezolana que llegó en noviembre del año pasado al país y actualmente trabaja como cajera en un supermercado del microcentro porteño.
Como Nadia hay miles de venezolanos que escaparon del régimen de Maduro a la Argentina en los últimos años. La llegada de Mauricio Macri al poder y su discurso beligerante contra Maduro alentó está ola migratoria. Mientras que en el 2015 hubo 5.784 venezolanos radicados en el país, en el 2016 esa cifra creció: llegaron 12.859 venezolanos y en el 2017 hubo 31.167 que lograron huir de la dictadura venezolana hacia la Argentina.
Entre 2016 y 2017, la Dirección Nacional de Migraciones, dependiente del Ministerio del Interior otorgó 428.000 residencias, entre permanentes y temporarias, tomando el total de nacionalidades. En ese mismo lapso, concedió 44.000 radicaciones a venezolanos, prácticamente un 10% del total del universo de inmigrantes legales.
En cuanto al ránking de nacionalidades de 2017 por cantidad de radicaciones, los venezolanos escalaron el tercer lugar, al ubicarse por número detrás de paraguayos y bolivianos; y seguidos por peruanos y colombianos. Este es un cambio radical ya que hasta hace cuatro años los venezolanos que eran disidentes del régimen chavista no querían venir a la Argentina porque Cristina Kirchner estaba alineada con Maduro.
En el 2012, en pleno auge del chavismo llegaban a la Argentina apenas 1.900 venezolanos. «La decisión de Macri de fustigar y denunciar la falta de libertades y la violación a los derechos humanos en Venezuela inspiró a muchos venezolanos a venir al país», expresó a Infobae un diplomático que conoce muy bien el terreno político de Caracas.
En cuanto al perfil promedio, los venezolanos que llegan al país en su mayoría se suman a la PEA (la población económica activa) por tratarse de gente joven. En general son profesionales o tienen estudios universitarios o estudian en alguna facultad o se integran al mercado laboral formal. Prácticamente, la mitad arribó en el último bienio.
«Venezuela está perdiendo su potencial económico más importante que es el ‘flujo fértil’ que le llaman que es la población joven y activa económicamente hablando», dijo a Infobae un funcionario de la Cancillería que trabaja de cerca en este tema.
Desde la Dirección de Migraciones -que lidera Horacio García bajo el mandato de Rogelio Frigerio-, dijeron que «la Argentina, con un sentido solidario y humanitario, recibe a los venezolanos en un contexto normativo especial en Sudamérica ya que nuestro país aplica unilateralmente el criterio de radicación por el sólo hecho de que son nacionales del Mercosur y Estados Asociados».
Es el mismo concepto humanitario en otras iniciativas, a instancias de Frigerio, que Migraciones mejoró el Programa Siria para recibir a quienes huyen de conflicto bélico en la región y dispuso la facilitación documentaria para los haitianos que escaparon tras la catástrofe del terremoto.
Así, la Argentina recibe a los venezolanos en un contexto normativo especial en Sudamérica ya que nuestro país aplica unilateralmente el criterio de radicación por el sólo hecho de que son nacionales del Mercosur y Estados Asociados.
En Caracas, el embajador interino argentino Eduardo Porreti también aporta lo suyo para facilitar esta inmigración venezolana a la Argentina. Tiene a todo el personal de la embajada abocado a la tarea de facilitar los permisos para llegar al país, que incluyen: partida de nacimiento, documento y un documento con antecedentes penales. Nada demasiado rígido.
Porreti es un diplomático que ha trabajado arduamente en los últimos años en virtud de facilitar la salida de venezolanos para llegar a la Argentina. Desde la Cancillería destacaron la labor del embajador interino y dijeron a Infobae que «a los venezolanos que emigran al país se les da todas las facilidades posibles incluso los beneficios del acuerdo de residencia del Mercosur aun cuando Venezuela nunca lo puso en vigencia».
Actualmente Venezuela está suspendida del Mercosur hasta tanto no ajuste sus leyes a las 300 normativas que le exige el bloque regional. Sin embargo, el gobierno de Macri por una cuestión humanitaria decidió aceptar en los mismos términos del Mercosur a los venezonlanos que huyen del régimen de Maduro.