Renuncia el gobierno francés y los partidos se preparan para las legislativas de junio

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La transición política que comenzará con la asunción presidencial de Emmanuel Macron del próximo domingo y culminará con las elecciones parlamentarias de junio, que definirán los futuros poderes Ejecutivo y Legislativo.

«Saludo los seis meses en los que estuviste como primer ministro», comentó Hollande en un comunicado en el que despidió a su último primer ministro, quien asumió en diciembre de 2016, cuando el entonces jefe de gobierno, Manuel Valls, renunció para disputar las primarias presidenciales.

Ahora Cazeneuve tendrá el trabajo de encabezar la transición hasta que las próximas elecciones legislativas produzcan una nueva mayoría en el Parlamento que respalde la formación de un nuevo gobierno.

Según los últimos sondeos, La República en Marcha, el movimiento del presidente electo Macron para las próximas elecciones legislativas del 11 y 18 de junio, es la gran favorita para quedarse con la mayoría absoluta del futuro Parlamento, por delante de Los Republicanos, el ultraderechista Frente Nacional, el debilitado socialismo y la izquierda.

Pese a ello, los partidos tradicionales, los más golpeados en las elecciones presidenciales, intentaron reformar sus programas electorales, disciplinar a sus filas y relanzar a sus principales figuras para ganar terreno en los próximos comicios y en el futuro Parlamento.

El partido conservador Los Republicanos (LR) propuso hoy mejorar el poder adquisitivo de los franceses mediante una baja generalizada de impuestos porque, afirmó en un comunicado, es «responsabilidad de la derecha y del centro» proponer una «alternancia real» que pueda superar los desafíos que se presentan en el país, según la agencia de noticias EFE.

Los Republicanos aún intentan recuperarse del golpe que significó la derrota de su candidato presidencial, Francois Fillon, en la primera vuelta de abril pasado. El veterano ex primer ministro era el gran favorito al comienzo de la campaña, pero cayó estrepitosamente al quedar teñido por múltiples acusaciones, periodísticas y judiciales, de corrupción y tráfico de influencias.

En tanto, el líder de la izquierda francesa y su referente más popular, Jean-Luc Mélenchon, anunció que será candidato en las elecciones legislativas y que su intención será «combatir implacablemente» al presidente electo, el liberal Macron.

Mélenchon explicó, en una entrevista con la radio y televisión local RMC y BFMTV, que con su plataforma, Francia Insumisa, «tenemos un programa y estamos dispuestos a gobernar».

En línea con su posición desde que el 23 de abril quedó eliminado de la segunda vuelta de las presidenciales al terminar cuarto con 19,58%, Mélenchon no quiso decir si el domingo pasado votó a Macron para evitar la victoria de la líder de la extrema derecha del país, Marine Le Pen.

Por último, el Partido Socialista (PS), el oficialismo saliente, abrió un «procedimiento sancionador» contra el ex premier Valls, quien apoyó a Macron en la primera vuelta presidencial y esta semana adelantó que se presentará a las elecciones legislativas por la lista del movimiento político del mandatario electo.

Valls fue contundente ayer al afirmar que el PS está «muerto».

El primer secretario del PS, Jean-Christophe Cambadélis, explicó en una entrevista a la emisora Beur FM que el procedimiento, iniciado el 6 de abril ante la Comisión Nacional de Conflictos, debería resolverse en «unos días» o en «unas semanas».

«No quiero influir en la comisión de conflictos, que va a tomar su decisión en total independencia, pero no se puede más que constatar que (Valls) no facilita las cosas», comentó Cambadélis tras las declaraciones de ayer del ex premier, un socialista desde su juventud.

En un intento por frenar la sangría entre sus filas, que comenzó con la victoria en las primarias presidenciales de Benoit Hamon, un referente del ala más progresista del partido, la cúpula del PS ya anunció que no permitirá que sus dirigentes se presenten a las elecciones legislativas en las listas de otras fuerzas políticas.

Tras la humillante derrota en las presidenciales, los partidos tradicionales de Francia, principalmente los conservadores y los socialistas, se jugarán su legitimidad y su futuro en las elecciones legislativas del mes próximo.

Fuente: Telam

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