El alcance del uso de Pegasus fue informado por The Washington Post, The Guardian, Le Monde y otros medios de comunicación que colaboraron en una investigación sobre una fuga de datos.
La filtración concierne a más de 50.000 números de teléfonos inteligentes que se cree que han sido identificados como pertenecientes a personas de interés por los clientes de NSO desde 2016, dijeron las publicaciones.
The Post señaló que la lista fue compartida con los medios de comunicación por Forbidden Stories, una organización periodística sin fines de lucro basada en París, y Amnistía Internacional. El periódico indicó que se desconoce la cantidad total de teléfonos atacados o vigilados.
En la lista figuran números de periodistas de medios de todo el mundo, como la Agence France-Presse, The Wall Street Journal, CNN, The New York Times, Al Jazeera, France 24, Radio Free Europe, Mediapart, El País, Associated Press, Le Monde, Bloomberg, The Economist, Reuters y Voice of America, dijo The Guardian.
El Post dijo que 15.000 de los números telefónicos estaban en México e incluían los de políticos, líderes sindicales, periodistas y críticos gubernamentales.
La lista incluye el número de un periodista independiente mexicano que luego fue asesinado en un lavadero de autos. Su teléfono nunca fue hallado y no está claro si fue pirateado.
Los servicios de seguridad marroquíes utilizaron el software espía para atacar a unos 30 periodistas y ejecutivos de medios franceses, según la investigación.
El uso del software para hackear los teléfonos de los reporteros de Al-Jazeera y de un periodista marroquí había sido informado anteriormente por Citizen Lab, un centro de investigación de la Universidad de Toronto, y Amnistía Internacional.
También figuran dos números pertenecientes a mujeres cercanas al periodista nacido en Arabia Saudita Jamal Khashoggi, quien fue asesinado por un escuadrón saudí en 2018.
The Post dijo que los números en la lista no están atribuidos, pero los medios de comunicación que participan en el proyecto pudieron identificar a más de 1.000 personas de más de 50 países.
Entre ellos se encontraban varios miembros de familias reales árabes, al menos 65 ejecutivos de empresas, 85 activistas de derechos humanos, 189 periodistas y más de 600 políticos y funcionarios gubernamentales, incluidos jefes de Estado y de gobierno y ministros.
Según los reportes, muchos números de la lista estaban concentrados en 10 países: Azerbaiyán, Bahréin, Hungría, India, Kazajastán, México, Marruecos, Ruanda, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
Pegasus, señala la investigación, es una herramienta altamente invasiva que puede encender la cámara y el micrófono del teléfono de una persona objetivo, así como acceder a los datos del dispositivo, convirtiendo efectivamente a un teléfono en un espía de bolsillo.
En algunos casos, se puede instalar sin necesidad de engañar al usuario para que realice una descarga.
En un comunicado difundido este domingo, NSO dijo que el informe de Forbidden Stories está «repleto de suposiciones erróneas y teorías no corroboradas», y amenazó con entablar una demanda por difamación contra la organización.
«Como NSO ha dicho anteriormente, nuestra tecnología no está de ninguna manera relacionada con el atroz asesinato de Jamal Khashoggi», dijo la compañía.
«Nos gustaría enfatizar que NSO vende sus tecnologías únicamente a agencias policiales y de inteligencia de determinados gobiernos con el único propósito de salvar vidas mediante la prevención del crimen y los actos terroristas», observó.
Citizen Lab informó en diciembre que los dispositivos móviles de más de tres decenas de periodistas de la red Al-Jazeera de Catar habían sido atacados por Pegasus.
Amnistía Internacional comunicó a su vez en junio del año pasado que las autoridades marroquíes utilizaron el malware de NSO para insertar software espía en el teléfono celular de Omar Radi, un periodista condenado por una publicación en las redes sociales.
En ese momento, NSO dijo a la AFP que estaba «profundamente preocupada por las acusaciones» y que estaba revisando la información.
Fundado en 2010 por los israelíes Shalev Hulio y Omri Lavie, NSO tiene su sede en el centro israelí de alta tecnología de Herzliya, cerca de Tel Aviv, y afirma que emplea a cientos de personas en Israel y en todo el mundo.
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