Tiene 31 años y vivía con sus padres en Ashland, Pensilvania.Recibía tratamiento psiquiátrico, pero no tenía antecedentes y nunca había hecho nada destacado, ni positivo ni negativo.
Hasta que un día decidió entrar a la Casa Blanca con un arma en la mano. «Vine aquí a matar gente», dijo después.
El plan, ejecutado el 20 de mayo pasado, fue frustrado por el Servicio Secreto. Uno de sus agentes le disparó cuando se acercaba a una de las rejas del palacio gubernamental. Sobrevivió, pero quedó en silla de ruedas.
Este martes 28 de junio, reapareció para la primera audiencia del juicio. Su abogado pidió que aguardara el desenlace del proceso con arresto domiciliario, con el argumento de que no llegó a apuntarle a nadie.
Pero el juez Michael Harvey rechazó de plano el pedido. «Es un peligro para sí mismo y para la comunidad. Cometió un crimen de violencia, involucrando a agentes de seguridad cuyo trabajo es proteger el perímetro de la Casa Blanca», dijo.
Jesse Olivieri podría ser condenado a 20 años de prisión.
Fuente: Infobae
