La joven activista cubana Rosa María Payá afirmó que en su país «hay una dictadura en la que no se puede escoger ni siquiera el lugar de trabajo», con las desigualdades sociales y la corrupción comunes a toda la región, y donde «el salario medio es de 25 dólares al mes».
«No es posible contratar un servicio de internet en tu casa. Es muy difícil enterarse de las cosas, hay algunos puntos wi fi donde una hora de conexión cuesta dos dólares, lo mismo que una botella de aceite. Con el salario medio podes contratar 12 horas y media de internet al mes, sin comer», señaló.
Payá está en Buenos Aires en el marco de una gira por la región para difundir un proyecto de jóvenes cubanos, llamado «Cuba decide», para que el régimen comunista acepte la convocatoria a un plebiscito sobre el sistema político, económico y social.
«Las últimas elecciones libres y plurales en Cuba fueron en 1950. La Constitución actual contempla arbitrariamente que el sistema político, económico y social es irrevocable, pero eso viola los mas básicos principios universales, incluso de tratados a los que Cuba ha adherido», señaló.
En cuanto a las opiniones favorables que el gobierno de los hermanos Raúl y Fidel Castro tiene en nuestro país, Payá sostuvo que «entendemos profundamente el marketing del gobierno cubano, pero en Cuba ocurren los mismos problemas de desigualdad y corrupción que existen en la región; la única diferencia es que en Cuba los cubanos no pueden decirlo, y tampoco pueden escoger al presidente ni pueden cambiar los legisladores».
En cuanto al Che Guevara, de cuya muerte en Bolivia se cumplió el sábado un nuevo aniversario, Payá recordó que «es responsable por el fusilamiento de muchísimos cubanos en los primeros años de la revolución cubana. En los primeros tres años de la revolución, el numero de fusilados por el régimen es similar al número de detenidos, asesinados y desaparecidos por la dictadura de Pinochet, más de 3 mil».
Payá contó que cuando se recibió de física le ocurrió lo mismo que a todos los graduados: el gobierno le eligió el lugar de trabajo. Ella fue destinada a un observatorio de astronomía, pero duró solo un año ya que fue dejada cesante por su activismo político.
Ella es hija del prestigioso dirigente Oswaldo Payá, que hace cuatro años murió en un accidente según el régimen cubano. Sin embargo, su hija y otros dirigentes afirman que fue «ejecutado» por fuerzas de seguridad «luego de que el auto en el que viajaba fuera chocado desde atrás y desplazado de la carretera».
En ese sentido, Payá señaló que en su país los mecanismos de represión del Estado implican «una continua vigilancia de los disidentes y los opositores; una persecución que te puede llevar a perder el trabajo, a ser golpeado en la calle, a la prisión y a la muerte».