Ricardo Jaime dijo que los empresarios arrepentidos que lo acusaron de coimero actuaron «cobardemente»

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El ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime

En octubre de 2015, Ricardo Jaime, ex secretario de Transporte durante los primeros seis años de kirchnerismo, admitió haber cobrado coimas de dos empresarios a los que debía controlar. Por eso fue condenado en un juicio abreviado.

En aquella ocasión admitió que Claudio Cirigliano, de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) que explotaba los ferrocarriles Sarmiento y San Martín le pagaba viajes de placer en taxis aéreos.

También admitió que Néstor Otero, dueño de la Terminal de Ómnibus de Retiro, le pagaba el alquiler del departamento donde Jaime vivía. Corrupción pura y dura. Jaime, que se transformó en el primer coimero confeso del kirchnerismo-luego vendrían otros- fue condenado a una pena de un año y medio de prisión en suspenso y los empresarios fueron beneficiados con una probation.

Pero hace unos días cuando fue indagado por la derivación del pago de coimas en el área de transporte del caso de los Cuadernos, negó haber cobrado dinero de otros empresarios del sector que tenían negocios similares a los que se probó judicialmente que lo sobornaban.

Cuando declararon como arrepentidos ante los fiscales Carlos Stornelli y Carlos Rívolo otros empresarios que explotaban líneas de ferrocarriles urbanos y el subte bajo la supervisión de Jaime, dijeron que le pagaban coimas al ex secretario de Transporte.

El empresario Aldo Roggio

El empresario Aldo Roggio

El empresario cordobés Aldo Roggio, que con Metrovías explotaba y explota el subte de la Ciudad de Buenos Aires, dijo que le pagaba el cinco por ciento de los subsidios a Jaime. Gabriel Romero dijo algo similar ya que su empresa Ferrovías tiene la concesión del ferrocarril Belgrano Norte. Admitió haberle pagado a Jaime el cinco por ciento de los subsidios en coimas.

Alberto Tasselli, hermano de Sergio Taselli, quien tenía a su cargo la explotación de los ferrocarriles Roca y Belgrano Sur, dijo haber escuchado de un colaborador de la empresa que se le pagaban coimas a Jaime por un porcentaje de los subsidios. Es decir que varios empresarios del sector de ferrocarriles dijeron haber hecho lo mismo que Cirigliano y Otero, que Jaime admitió. Pero en este caso Jaime dijo que las declaraciones eran falsas.

En su indagatoria, a la que Infobae accedió a través de fuentes judiciales, Jaime negó «terminantemente lo manifestado por los Sres. Romero, Roggio y posiblemente Tasselli, y uso la palabra posiblemente, porque el nombrado se refiere a un comentario que le habría hecho un tercero, o sea, sin ningún viso de confirmación alguna».

Luego, en la misma línea que varios de los imputados en el caso iniciado por las anotaciones del chofer Oscar Centeno, criticó la figura del arrepentido y habló de «fotocopias» de los cuadernos. «También tengo referencia que estas aseveraciones fueron hechas bajo la figura extorsiva utilizada por este Tribunal y los fiscales, habida cuenta que solamente fueron aceptadas en una segunda o tercera audiencia indagatoria, ya que dichas acusaciones no están mencionadas ni someramente en las llamadas fotocopias de los cuadernos del señor Centeno. Es por todos conocido y hasta denunciado por periodistas de dilatada trayectoria en importantes medios de comunicación que estos señores Romero, Roggio y, posiblemente Tasselli, fueron inducidos a mencionar los supuestos pagos de subsidios de transporte ferroviarios como también a la referencia que se hace sobre pagos anuales respecto a la hidrovía».

Roberto Baratta, al ser detenido (Gustavo Gavotti)

Roberto Baratta, al ser detenido (Gustavo Gavotti)

Romero, que además tiene la concesión del millonario negocio del cobro de peaje a los barcos que surcan la hidrovía del Río Paraná, dijo haberle pagado a Roberto Baratta una coima para que le extendieran el contrato de explotación. Y que como la hidrovía también estaba bajo la supervisión de Jaime, le pagaba, además, un soborno suculento por ello al secretario de Transporte.

Jaime, en su indagatoria ante el juez Claudio Bonadio, señaló: «El único hecho que figuraría en las fotocopias es un pago que se habría hecho en el año 2010 y que, a decir del señor Romero, correspondería a la hidrovía. Quiero dejar en claro que el sistema de pago por las concesiones ferroviarias se hacen en el marco de un contrato de concesión, algunos de los cuales se remontan al año 1994, y que siempre se ha efectuado, como creería en el día de la fecha, en forma mensual, sin dilación alguna, ya sea voluntaria o involuntaria por funcionario alguno. Si esto hubiera ocurrido, la demora en el pago no sólo habría motivado una presentación por parte del concesionario, sino que también, seguramente, en la paralización de los servicios que los mismos prestaban, ya que prácticamente, tal obra en los informes correspondientes la afectación de las partidas respectivas cubrían casi totalmente los costos de explotación del sistema ferroviario».

Según Jaime, esa explicación «echa por tierra lo manifestado por los señores Romero y Roggio y, posiblemente Tasselli, de que el pago era realizado en forma arbitraria por las autoridades en cada una de las etapas institucionales desde el momento de la concesión a la fecha».

Jaime habló específicamente sobre Roggio: «Quiero dejar expresado también la falsedad de lo manifestado por el Sr. Aldo Roggio en cuanto a haberse reunido en el despacho de la Secretaría de Transporte a días de iniciarse el gobierno del Dr. Néstor Kirchner y en el cual manifiesta que allí le habría pedido o exigido el pago del 5% del importe de los subsidios a que hace referencia. Dicha reunión nunca existió ni a principios ni durante toda mi gestión, por lo cual solicito al Tribunal que se remita al registro de audiencias que debe obrar en la Secretaría de Transporte en el período 2003/2009″.

El empresario Gabriel Romero

El empresario Gabriel Romero

También le contestó a Romero sobre los subsidios ferroviarios: «En cuanto a lo manifestado por el Sr. Gabriel Romero, quien manifiesta que luego de leer ‘manifestaciones del Sr. Roggio’ se acordó de que a él le sucedía exactamente lo mismo. Y voy a resaltar una frase en su declaración bajo la figura de arrepentido, donde dice ‘los pagos eran normalmente mensuales, él venía a mi casa o yo iba a la oficina de él las entregas las percibía Jaime personalmente. Si el Estado me pagaba mensualmente los pagos a Jaime eran mensuales, porque a veces no pagaba en término para crear terror‘. Falacia total. Como manifesté y el juzgado puede obtener las constancias correspondientes, que a lo largo de mi gestión –y tengo entendido, de las gestiones posteriores-, nunca se produjo atraso alguno en los pagos a los contratos de concesión del sistema ferroviario».

El ex secretario de Transporte también negó haber recibido pagos por la hidrovía: «Respecto a lo manifestado a los pagos anuales correspondientes al contrato de concesión de la hidrovía rechazo categóricamente lo manifestado y, a su vez, solicito a este tribunal, si es necesario, un careo con quien manifiesta semejante acusación, y también, que se solicite en forma testimonial declaración del accionista mayoritario del concesionario hidrovía, la firma Jan de Nul». Para desacreditar los dichos de Romero, Jaime presentó en el juzgado una foto en la que aparecen él, el empresario, el ex ministro de Planificación Julio De Vido y el ex presidente Raúl Alfonsín en la casa del dueño de la hidrovía. Romero y Alfonsín eran amigos. Luego de aportar aquella imagen que según explicó fue tomada en la casa de Romero, Jaime dijo que «quise traer a referencia esta foto porque no creo que nadie invite a su casa a participar con el ex presidente de la Nación a quien hoy el acusa de extorsionador».

Jaime negó los dichos de Tasselli. «Respecto a lo manifestado por el Sr. Tasselli, que a comentario de un tercero cree haber escuchado que se abonaba un 30% del importe de los subsidios, es tan disparatado dicho comentario que me exime de buscar algún calificativo a semejante mentira, si es que así realmente se expresara la persona que le manifestó al Sr. Tasselli dicho comentario».

El ex funcionario de Néstor y Cristina Kirchner, que está detenido desde abril de 2016 por otro caso de corrupción, señaló que no declarará como arrepentido. «Por último-cerró Jaime su indagatoria- como se ha hecho referencia, tanto en esta causa como en la anterior, a la posibilidad de acogerme a la Ley 27.304, quiero dejar claramente manifestado que no tengo absolutamente nada que arrepentirme de la gestión que lleve adelante entre los años 2003 y 2009 y que lamento profundamente que empresarios a los que yo consideraba personas honorables, personas de bien, responsables, y también de hombría, para evitar -posiblemente- dar con su persona dentro de una prisión, inventaran las infamias por las cuales hoy se me imputa. La vida muchas veces nos pone en el lugar de decidir y creo que estos señores, cobardemente, aceptaron la sortija que le ofrecían los fiscales, ya no sólo manchando el buen nombre y honor de las personas que involucraron, sino también las de ellos mismos, las de sus empresas y en el caso puntual de una empresa emblemática de la provincia de la cual yo soy oriundo, fundada hace más de cien años por don Benito Roggio, como única finalidad de no ser detenidos».

Jaime apostó a que no se podrán demostrar los dichos de los arrepentidos que lo acusaron de recibir coimas, algo que ya había admitido en otro caso. «Reitero, tal cual prevé esta Ley -27.304-, en un año a más tardar, quedará demostrada la falsedad de las acusaciones realizadas por los nombrados».

En esa indagatoria, antes de criticar a los empresarios a los que antes respetaba tanto en «lo personal como en lo profesional», Jaime recusó a Bonadio y a los fiscales Stornelli y Rívolo. El juez ya rechazó el planteo de Jaime, quien cumple prisión efectiva por su responsabilidad en la Tragedia de Once.

Fuente: Infobae

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