River estuvo a un paso de dar vuelta la llave y meterse en las semifinales de la Copa de la Superliga. El Millonario hizo un gran partido y goleó 4 a 1 a Atlético Tucumán, pero no le alcanzó para reponerse de la derrota 3 a 0 en el duelo de ida. El equipo de Ricardo Zielinski jugará el sábado ante Tigre, que viene de eliminar a Racing.
River completó un primer tiempo inolvidable, el mejor en lo que va del año. A fuerza de carácter y fútbol, aplastó a Atlético Tucumán, que en ningún momento pudo hacer pie. Si River tenía que hacer un partido perfecto para tratar de dar vuelta la serie que lo tenía 3 a 0 abajo, en la primera parte lo hizo. Fue un espectáculo. Una demostración clara de cómo se afrontan estos desafíos.
En el amanecer del partido, cuando apenas iban 15 minutos, Nacho Fernández metió un golazo, de taco, que coronó una extraordinaria jugada colectiva. Milton Casco, que volvía al equipo tras casi tres meses por una lesión, jugó en un gran nivel. A los 23 minutos, el árbitro no sancionó un claro penal para River, tras una mano de Mathías Abero adentro del área.
El Millonario mantuvo su fútbol y, lejos de estancarse, avanzó aún más y puso a Atlético Tucumán contra las cuerdas. El equipo de Gallardo jugaba tan bien en esos minutos que los tucumanos, acostumbrados a defender muy bien, no sabían qué hacer.
River insistía, llegaba, pero no podía marcar el segundo, el gol que definitivamente lo metiera otra vez en carrera. Pero a los 41, cuando se apagaba la primera parte, Lucas Pratto aprovechó un error defensivo de la visita y convirtió el segundo del Millonario, el tanto que desató la ilusión. Cuando el equipo se fue al vestuario en el entretiempo, los hinchas ovacionaron a sus futbolista por semejante muestra de fútbol.
River empezó bien el segundo tiempo, pero Javier Toledo, que había metido dos goles en la ida, descontó y puso al conjunto de Gallardo en una situación muy complicada. Con ese tanto obligó al local a meter tres más. El Millonario, golpeado, parecía perder el rumbo.
Pero seis minutos más tarde Matías Suárez anotó el 3 a 1 y volvió a encender a River. A los 15, Cristian Luchetti tuvo una gran atajada, que dejó con vida a los tucumanos.
A partir de ahí el local insistió. Y cuando parecía que empezaba a quedarse sin energías, otra vez Pratto -esta vez de cabeza- metió el 4 a 1, a los 40. River, aunque no podía más, dio un último esfuerzo, pero se quedó en la puerta. No le alcanzó para dar vuelta la llave.