Con la misión de acceder a las semifinales de la Copa Sudamericana, River se presentó en elArena Condá para enfrentar al Chapecoense, un equipo que había mostrado serias limitaciones en el Monumental. Los dos goles de diferencia y la discrepancia en la jerarquía de los protagonistas llevaron al Millonario a convertirse en el principal candidato a quedarse con el boleto a la siguiente fase.
Como ocurrió en el primer partido, la pelota parada fue una herramienta muy empleada para llegar a la red y en los primeros movimientos Leonardo Pisculichi tuvo la oportunidad de festejar el prematuro gol. Si bien la acción culminó a medio metro del poste derecho de Danilo, la pegada del ex Argentinos fue una clara advertencia.
A medida que transcurría el pleito, la superioridad de la banda era cada vez más perceptible. Mientras los brasileños apostaban por la velocidad de sus delanteros, los de Marcelo Gallardogeneraban las ocasiones más claras en forma colectiva. Un centro cruzado de Carlos Sánchez, hacia la proyección de Milton Casco, volvió a encontrar al enganche para llegar a la red, pero su remate volvió a ser ancho.
Sin embargo, a los 20 minutos, una incursión ofensiva de Dener, en la que le ganó el lateral aGabriel Mercado, le sirvió a Bruno Rangel a ganar en el área rival y festejar el 1 a 0. El desvío en la cabeza de Éder Álvarez Balanta descolocó a Marcelo Barovero, quien se quedó inmóvil ante el grito local. La llave se mantenía abierta en Santa Catarina.
El golpe recibido hizo reaccionar al representante argentino. La virtud de Pisculichi, para sacarse un hombre de encima y buscar a Carlos Sánchez, inició la jugada que le devolvió la tranquilidad al Muñeco. Con un anticipo notable, el uruguayo marcó el 1 a 1 para justificar la producción porteña.
De todos modos, en el complemento el Chapecoense volvió a ponerse en ventaja. La distracción del central colombiano volvió a tener un precio demasiado alto para los argentinos. El cafetero perdió su marca y Thiego le dejó la conquista servida a Bruno Rangel. Una vez más, la clasificación de River corría serio peligro, porque a partir de ese momento fue superado en todas sus líneas. La falla de Neto, a centímetros de un arco vacío pudo igualar el global y extender la definición a los penales.
En las últimas escenas Barovero se convirtió en una de las figuras de la noche al desactivar un cabezazo del atacante con pasado en Qatar que despertó las esperanzas locales. Los envíos cruzados de Ananias descolocaban a la última línea adversa, que se mostraba muy vulnerable, dado que el ingreso de Mammana por Balanta no representó ninguna solución.
Además la fortuna tenía puesta la banda roja, dado que en la última oportunidad, el travesaño el ahogó el tanto a Maranhao. Cada centro que llovió en el área de Trapito fue un suplicio para un conjunto que logró avanzar a la instancia de los cuatro mejores gracias a lo realizado en Núñez. Sin dudas, lo único positivo para River fue el resultado que le permite mantener la defensa del título.