Robaron en la Villa Olímpica de Vélez: el jugador Diego Zabala fue atado y golpeado con un arma

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Diego Zabala Morales no olvidará nunca la pesadilla que tuvo que vivir y se le mezcló con el plácido sueño que atravesaba a la espera de un nuevo día para entrenar con el plantel profesional de Vélez. Al futbolista uruguayo, que llegó a Liniers en este mercado de pases proveniente del Racing de su país, lo despertaron mientras descansaba en la concentración del club.

Tres delincuentes, de «entre 13 y 15 años», según explicó el propio Zabala, aparecieron en la habitación del futbolista con un revolver, lo ataron y le empezaron a pedir plata. «Estaba durmiendo y me desperté porque prendieron la luz. Entraron tres personas y no pensé mal porque eran muy chicos. Supuse que eran de inferiores», explicó sus primeras sensaciones al iniciarse el hecho en la propia Villa Olímpica, ubicada en Ituzaingó, donde se está hospedando hasta solucionar un problema de papeles del departamento en el que va a vivir.

«Uno sacó un revolver y ahí me asusté un poco. Empezaron a pedir plata. Revolvieron las habitaciones y me ataron con cordones de zapatillas. Me golpearon suave con el revolver para que me quede quieto. Me asusté porque no sabía si estaban drogados o algo», comentó en ESPN FC Radio sobre los 40 minutos de terror que tuvo que padecer mientras los tres jóvenes perpetraban el hecho.

Además el jugador de 25 años detalló cómo lo amenzaron: «El que estaba con el revolver me decía que me quede quieto que me iba a poner un tiro».

Diego Zabala Morales llegó en este mercado de pases y jugó dos partidos para Vélez
Diego Zabala Morales llegó en este mercado de pases y jugó dos partidos para Vélez

Según explicó el mediocampista uruguayo, los delincuentes no sabían a donde habían ingresado: «Ni sabían a dónde habían entrado porque hablaban de lo linda que estaba la ‘casa’. Les dije que no era una casa y que había seguridad abajo». Y agregó: «Encontraron la utilería y se querían llevar zapatos. Se me hizo eterna la situación».

El lamentable suceso se terminó cuando uno de los empleados de seguridad efectuó dos disparos al aire para persuadir a los ladrones y lo logró, aunque no pudo detenerlos. «Después vino el de seguridad y me preguntó si estaba bien y me desató, más allá de que yo podía desatarme», explicó.

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