Al mismo tiempo que Rodrigo Tapari alcanzaba el éxito siendo el cantante de Ráfaga, su mundo interior y su familia se desmoronaban. Se hizo adicto al alcohol y comenzó a vivir situaciones de violencia con su mujer, delante de su hija.
Su mente estaba desordenada y pensó en suicidarse. Hasta que un día, en un viaje a Miami, una familia le propuso ir a la Iglesia. Y desde ese momento comenzó su salvación.
‘Yo 14 años fui la voz de Ráfaga y el éxito rotundo me llega con la canción Una cerveza. Es una ironía porque yo compongo esa canción teniendo el problema de alcohol. Yo dependía del alcohol para salir a cantar», contó en el programa de Mirtha Legrand.
«Con la típica excusa de que para poder cantar tenía que calentar la garganta me tomaba dos botellas de whisky antes de cada show. Varias veces subí al escenario borracho. Yo pensaba que me sentía bien y que cantaba espectacular», agregó.
«Intenté suicidarme dos veces. Tenías discusiones con mi esposa y un día encerré a mi hija y a mis sobrinas en mi casa y fui a las vías a esperar el tren”, contó. Ahora, está relanzando su carrera como solista y su mujer es su manager.
El punto de quiebre fue un viaje a Miami para hacer una gira. «Durante una gira en Estados Unidos, una familia de primos de mi esposa que vivían en Miami me llamaron. Me encontré con ellos y me recibieron con un amor impresionante. Estuve tres días con ellos. Y encontré el reflejo de lo que deseaba. Veía que los chicos eran súper amables, que todo se hacía con amor. En mi casa eso no pasaba, eran todas discusiones».
Tapari dijo que estuvo tres noches llorando mirando eso y esa familia lo invitó a la Iglesia en Miami. «Desde ese día salí distinto», afirmó.